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No sufrimos por lo que nos sucede sino por la forma en la que muestra mente procesa y analiza lo que nos sucede. El budismo dice que todo depende de nuestra mente y esto puede modificarse con el entrenamiento correcto. El Dalai Lama se ha reunido en varias ocasiones con terapeutas para hablar de temas comunes. Coinciden en que  los pensamientos negativos son producto de una mente equivocada que interpreta erróneamente la realidad. Los budistas recurren a la meditación para enmendar estos errores. Ambas corrientes establecen que el dolor es algo inevitable en nuestra vida, pero el sufrimiento, es decir las reacciones emotivas al dolor, que son subjetivas, están sujetas a nuestro control. Buda explicó lo anterior con las analogía de las dos flechas. Si una persona es herida por una flecha siente dolor, pero también desesperación y angustia La primera flecha produce dolor y la segunda sufrimiento. Podemos asegurar que muchas veces es la segunda flecha la que nos causa más daño. Científicos de la Universidad de Wisconsin estudiaron los cerebros de un grupo de monjes y concluyeron que mostraban sorprendentes cambios neurofisiológicos, consecuencia de la constante practica de la meditación. Sin dejar de reconocer estos resultados, es importante remarcar que estas practicas de más de 2,500 años de antigüedad van acompañadas de una forma de vivir y de pensar que no es la occidental. Nadie puede negar que la meditación ayuda a conservar y a conseguir una buena "salud mental" pero no es la panacea. La panacea no existe.

Patricia Rodríguez