"Los salarios bajan por la ley de la oferta y la demanda, no por la crisis"

El economista Raimon Samsó, autor de 'El código del dinero', explica cómo se puede empezar a vivir sin una nómina

El economista y coach Raimon Samsó, autor del superventas El Código del Dinero (en castellano, Obelisco; en catalán, Angle Editorial) ha hecho de su filosofía de vida una causa para ayudar a los demás a rentabilizar sus habilidades y conocimientos de cara a obtener una mayor independencia financiera. En el año 2000 abandonó un puesto de trabajo bien remunerado como director de una oficina bancaria y se adentró en el arriesgado mundo de la escritura de libros y el coaching. “Ahora las cosas me van mil veces mejor que en la banca”, asegura. Entre los libros que lo han convertido en uno de los autores de referencia para emprendedores, destacan Manual de prosperidad, El maestro de las cometas y Cita en la cima: el método de los deseos cumplidos. Actualmente, también dirige el Instituto de los Expertos, donde orienta a grupos de profesionales y colabora con diferentes medios de comunicación.

- ¿Qué es la independencia financiera?
- Es el tiempo que una persona puede vivir y pagar sus gastos sin que tenga que trabajar, pero sí recibiendo ingresos activos o de sus negocios. Muchas personas viven al día, lo que significa que si mañana dejaran de trabajar, al mes siguiente ya no podrían pagar sus facturas. 

- ¿Hay alguna cifra a partir de la cual se considere que una persona es libre financieramente?
- La gente debería tener, por prudencia, un año cubierto por sus ahorros. Por ejemplo, si uno gasta 20.000 euros al año, debería tener esa cantidad en el banco. 

-¿El ahorro es una buena estrategia para generar riqueza?
- El ahorro nunca te va a hacer rico. Estamos viviendo en un entorno en el que el poder político y económico reduce artificialmente el precio del dinero. El tipo de interés que fija el Banco Central Europeo no llega ni al 1%, por lo que si llevas tus ahorros al banco, no te va a pagar más que eso, por lo cual ahorrar hoy es perder. 

- Otra opción son los fondos de inversión o la bolsa. 
- Sí, pero eso no es una inversión, sino una apuesta, es decir, hay muchos factores no controlables por el inversor que pueden hacer que ese dinero pierda su valor, como una desgracia natural a un conflicto bélico. 

- ¿Qué es la deuda buena y la deuda mala?
- La deuda mala es aquella que tu pagas –un piso, una moto o unas vacaciones-; en cambio, la deuda buena es aquella que la paga otro por ti, por ejemplo, tienes un negocio de flores y te compras una furgoneta con un crédito y en cada venta repercutes al cliente parte de ese préstamo. Un crédito cuando va a inversión es bueno –si lo recuperas, obviamente-; y si va a gasto, es deuda mala. 

- ¿Las familias también tienen balances? 
- Sí, no solo las empresas. El activo es lo que tenemos y los pasivos lo que debemos. Si debes más de lo que tienes, estás en quiebra. Imagínate que tienes un piso que vale 200.000 euros y, sin embargo, te hipotecaste por 300.000 euros para comprarlo; estás técnicamente en quiebra. Así que debemos preocuparnos de aumentar nuestros activos y de disminuir nuestros pasivos. 

- ¿Qué preguntas debemos hacernos para saber si vamos en el buen camino de alcanzar la libertad financiera?
-“¿Si yo me paro, mis ingresos se paran?”, “ ¿Aquello a lo que me dedico me apasiona?”, “¿Qué educación financiera tengo, qué sé acerca del dinero?”. 

- ¿La educación financiera de los ricos es diferente de la de los pobres?
- Bueno, es que los pobres no tienen, por eso son pobres, pero no solo a los pobres les ocurre esto, sino también a la clase media. Solo tiene educación financiera un porcentaje muy bajo de la población, que es la que obtiene mayores resultados. Y no es porque se prive al resto, es que ¡ni siquiera sabe que existe! 

- ¿Dónde se aprende?
- Obviamente, no en la escuela, no en la facultad y, seguramente, tampoco en la mayoría de los hogares. Creo que la educación financiera es una autoformación que nos damos a nosotros mismos. Las formas más fáciles de adquirirla es yendo a seminarios, cursos online y, sobre todo, leer libros, revistas y periódicos especializados. 

- ¿Por qué los ricos saben más que los pobres de dinero?
- Porque se han preocupado de formarse financieramente y, como han sido constantes, han conseguido unos resultados económicos diferentes. Primero viene la formación y, luego, el dinero. 

- Aunque en este país tampoco es garantía de éxito tener una licenciatura o un master. 
- Soy licenciado en Ciencias Económicas y en la facultad no me enseñaron nada más que a ser un empleado de corbata; no me enseñaron a emprender ni a crear múltiples fuentes de ingresos. Todo lo que he aprendido del dinero ha sido fuera de la facultad.

- ¿Por qué cree que en las facultades no se enseña a cómo manejar dinero?
- Esta pregunta me la he hecho muchas veces. Puede haber una respuesta malintencionada, que es pensar que al establishment no le interesa que seamos educados ni libres, sino que seamos dóciles. Pero la respuesta es que los profesores tampoco tienen educación financiera porque no tiene ningún negocio, de entrada son funcionarios. 

- También hay docentes que trabajan en la escuela privada. 
- En cualquier caso, tienen un empleo, no un negocio. Ahora los gobiernos empiezan a preocuparse para educar financieramente a los alumnos de ESO. Creo que es un principio. 

- ¿Por qué relaciona tanto la libertad con el dinero?
- Porque, aunque no da la felicidad, el dinero puede comprar libertad, el tiempo para que no dependas de un horario o que estés pensando continuamente de dónde va a salir tu próximo euro.

- ¿Trabajar más quiere decir ser más rico?
- No, en ningún caso, si estamos hablando de trabajar más en un empleo. Vender tiempo por dinero es una mala receta. Nunca vas a ser rico ni libre vendiendo tiempo, aunque te paguen muy bien la hora. Por tanto, trabajar más no te hace más rico, pero sí trabajar de manera diferente o crear activos, es decir, crear fuentes de ingresos. 

- Póngame un ejemplo. 
- Este libro –refiriéndose a El Código del dinero- es un activo para mí. Me tomé un tiempo para hacerlo –un año-, pero luego este libro ha estado trabajando para mí desde que se publicó. Sin hacer nada, me pagan royalties y, además, me envía un montón de clientes a mi consulta de coaching y a mis cursos de formación. Cuantos más libros tenga como este, más libre financieramente seré. Por esta razón ya tengo 12 libros. 

- Usted tenía un buen puesto de trabajo, era director de una entidad financiera, pero lo abandonó todo para convertirse en emprendedor. ¿A qué se debió este cambio de rumbo?
- Me fui por coherencia, porque creo que las personas tenemos que hacer cosas que nos interesen y nos apasionen, y yo estaba haciendo cosas en las que no creía, vendiendo productos en los que no creía, haciendo horarios que no me gustaban y llevando a cabo una filosofía de vida que no era la mía, y la verdad es que la vida me ha recompensado muy gratamente. 

- …
- Cuando entré en el banco, con 24 años, me pareció muy bien, pero con 40 años quise darle otro sentido a mi vida y decidí dejarlo. Me di cuenta de que, aunque me pagaban muy bien como director de oficina, nunca saldría de pobre: era dependiente de unos ingresos, de cada mes volver a empezar para ganarme la nómina. En cambio, cuando emprendes, si lo haces bien, el sistema empezará a trabajar para ti. 

- Dicen que ser coherente con uno mismo es uno de los pilares básicos de la felicidad. 
- Estás más satisfecho y al final acaba siendo rentable, te acaba yendo mejor. Cuando haces algo que amas, ganas más dinero. Si algo no te gusta, nunca te van a pagar muy bien por ello, la gente lo va a notar, los jefes y los clientes lo van a notar; acabarán despidiéndote. Pero si lo amas, la gente notará esa pasión y estarán dispuestos a pagarte cada vez más por lo que haces. Así que ¡vamos a entregarnos a lo que amamos! 

- ¿Qué piensa del concepto de “puesto de trabajo”?
- Un puesto de trabajo debería ser una práctica de nuestra fase estudiantil, es decir, una persona cursa unos estudios y trabaja de tres a cinco años en el negocio de otro, donde se forma, aprende, coge soltura, contactos, pero después debería plantearse hacer el salto y trabajar para sí misma o montar una empresa. No hacerlo creo que es un error porque así como un empleo funciona muy bien como escuela práctica, funciona muy mal a nivel financiero y de libertad. Nunca te permitirá ganarte muy bien la vida. 

- ¿La seguridad existe?
- No, hoy lo estamos viendo. Hemos pasado un paréntesis de 50 años en los que el país iba bien. No veíamos la realidad. Pero eso se ha acabado. Ahora la gente despierta y se da cuenta de que lo que ella creía que era seguro ya no lo es. Ni siquiera los funcionarios tienen seguridad, ya que les pueden quitar una nómina o el empleo. Dejemos de buscar la seguridad y empecemos a buscar cosas reales como libertad o prosperidad. 

- O sea, quien tiene hoy en día un trabajo fijo no es un privilegiado. 
- Creo que no. Depender de un jefe, un horario, una nómina, hacer siempre lo mismo y estar rezando a final de mes para que no te metan en un ERE, creo que no es un privilegio. 

- ¿Qué recomendaría a la gente que tiene como único ingreso una nómina?
- Le recomiendo que espabilen, que no se duerman, que no piensen que han llegado al final, que justo están empezando, que eso es solo una fase y que ahora viene otra fase que será la del autoempleo, que afectará a más personas de las que imaginamos; que monten un plan B. 

- ¿Y cómo compaginar el plan A –puesto de trabajo- con el plan B –autoempleo-?
- Que sean conservadores y que empiecen a pensar, a diseñar, a probar su plan B a horas sueltas, los fines de semana o en vacaciones, mientras tienen un trabajo a tiempo completo y una nómina, porque eso les permitirá mantener a su familia. 

- ¿Es como usted decidió tirarse a la piscina?
- Sí, y ha sido la mejor decisión de mi vida. Nunca había sido más feliz, más libre y más rico. Nunca volveré a tener un puesto de trabajo. 

- ¿La tasa de paro tiene solución?
- La solución es empezar a emprender. Como España no va a generar empleo en los próximos años, tendremos que generarlo nosotros mismos. También las PYMES y las grandes empresas en la medida que puedan. No digo que todo el mundo sea autónomo, que no lo será, pero quizá la mitad de la población podría llegar a ser autónoma en unos años. 

- ¿Otro efecto más de la crisis?
- No, es el cambio del mercado laboral, la globalización, un fenómeno que no empieza y acaba, sino que ha empezado y no sabemos hacia dónde va a evolucionar. Lo que sí que sabemos es que es un cambio sistémico, de décadas. 

-¿Cómo cree que será el mercado laboral de aquí a una década?
- Veo pocos empleos, no digo que no haya trabajo, que hay muchas cosas que hacer en el mundo, pero los empleos serán precarios, es decir, con mucha rotación, sin ningún tipo de seguridad y con sueldos mileuristas e, incluso, submileuristas. 

- ¿Y qué motivos hay detrás de este cambio?
- En el mundo cada vez somos más personas, ahora se han incorporado varios países al mercado mundial, los países emergentes, como India y China, con mucha población que está cada vez mejor preparada. Nuestros salarios bajan por la ley de la oferta y la demanda, no por la crisis. 

- ¿Qué es lo que puede hacer el trabajador de a pie?
- Que piense en qué sabe hacer, qué le gustaría hacer y cómo convertirlo en un servicio para personas o empresas. Si es un experto, una persona que añade mucho valor, le irá muy bien; pero si no es así, será uno más de los que buscan empleo cada día. Los puestos de trabajo serán como una subasta al menor postor donde siempre habrá alguien dispuesto a hacerlo por menos dinero. 

-¿O dispuesto a trabajar más horas?
- No lo sé, porque otra de las cosas que puede suceder son los miniempleos o fragmentación del empleo, es decir, de un puesto de trabajo hacer tres. 

- Para reducir la tasa de paro. 
- Claro. Esto puede ocurrir también con las pensiones de desempleo, que acabarán siendo unas prestaciones de supervivencia. 

- ¿Tiene algo bueno esta crisis?
- Esta crisis nos está haciendo recapacitar en cuanto a los valores y a lo que debemos aprender. La economía tiene que ser otra cosa diferente a lo que hemos hecho estos años, en que nos hemos dedicado al endeudamiento y al consumo fácil. En vez de ahorrar, hemos aprovechado el tiempo en que nos iba bien para gastar más que nunca. No solo las personas, sino también las instituciones. 

- …
- Deberíamos tomar nota de esta crisis y preguntarnos: ¿Cómo tengo que cambiar? ¿Qué he aprendido de todo esto? ¿Cuál va a ser mi comportamiento en el futuro? ¿Voy a invertir y a ahorrar más y a dedicarme a hacer cosas que realmente me interesan y son útiles?¿O solamente voy a estar en el mundo ingresando dinero para gastármelo y que algún día digan de mí: “Esta persona pasó por aquí y solo fue un consumidor”. 

- ¿Qué opina de la austeridad?
- Es buena, es sana. Cuando cambié de empleo, viví una época muy austera, y fue una etapa necesaria e interesante. Cuando estaba en el banco, no reparaba en gastos, me lo gastaba todo, no ahorraba, pensaba que eso era el cuerno de la abundancia que nunca se acabaría. Cuando dejé de recibir esos ingresos, tuve que vivir a otro nivel y te aseguro una cosa: no es necesario ser un derrochador para ser feliz.

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