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Para todos aquellos que hemos vivido una vida de pareja, sea la estructura que sea (noviazgo, matrimonio o concubinato), no es un secreto que con frecuencia se experimentan períodos o momentos de crisis que surgen de la convivencia. Pero ¿cómo saber que se ha llegado al límite de las situaciones conflictivas, que no hay vuelta atrás y que no habrá solución posible para salvar esa unión?, en esta oportunidad estaremos definiendo los cuatro jinetes del apocalipsis que indican el fin de una relación.
Según las estadísticas el 70% de los problemas de pareja no tienen solución, en cambio, se convierten en una suerte de conflicto eterno que se discute a través de los años y se agrava con el tiempo, de allí que las grandes pasiones de los primeros momentos de la vida de pareja no constituya una garantía que defina la durabilidad ni la felicidad de la misma.
Para el psicólogo norteamericano John Gottman existen cuatro actitudes altamente negativas que al presentarse en una pareja se convierten en un virus casi incurable que dará por terminado el amor entre ambos y acabará con la relación. Estas por lo general no son la causa fundamental de los conflictos, pues hay discusiones que son comunes e inevitables en la inmensa mayoría de las relaciones, al contrario, estas cuatro actitudes son las resultantes de la interacción de la pareja, representado en patrones de respuesta negativa, indiferencia y menosprecio al otro, esos que de no afrontarse terminan mutilando la dinámica relacional.
Estos cuatro jinetes del apocalipsis son predictores altamente probables del fracaso de las relaciones, mucho más, cuando no se les identifican a tiempo o no se hace nada para reparar el daño, agudizándose en momentos vulnerables e incrementándose con el paso del tiempo, haciendo metástasis en cada uno de los momentos de la vida de la pareja.
Definamos entonces estás cuatroactitudes altamente negativas que de presentarse en una pareja la sumergen en una espiral autodestructiva:
Primer Jinete: LA CRITICA
La critica, está relacionada con descalificaciones sobre variables personales, que en oportunidades se transforma en ataques implacables y/o excesivos sobre aspectos de la personalidad. Más que una queja o una simple protesta, la critica implica un atentado contra la autoestima y el autoconcepto de la otra persona, de este modo, aquel que hace uso de ella enuncia un juicio valorativo, altamente negativo sobre el carácter del otro y no sobre sus actos. Entre sus armas comunes se incluye la difamación, la exageración (nunca – siempre / todo – nada)y la comparación negativa. El impacto emocional de la critica es sumamente corrosivo, pues deja al receptor con altos niveles de disgusto, vergüenza y humillación. Si bien es cierto que es saludable conversar y plantear los desacuerdos, el hecho de atacar la personalidad y el carácter de la pareja ya es pasar a un nivel negativo de interacción con el otro, que pone en riesgo tu relación; de allí la diferencia entre decir, “estoy molesto por que no llegaste temprano a cenar” y decir, “Yo no puedo creer que llegas tarde a cenar. Eres tan impuntual”.
Segundo Jinete: LA ACTITUD DEFENSIVA
Esta actitud deviene como respuesta de defensa casi automática y rígida a una situación percibida como ataque, donde se busca de manera primordial eludir el compromiso y la cuota de responsabilidad resultante de cualquier conflicto, desmontando las percepciones de la pareja, a través de un discurso casi escandalizador que busca repeler las responsabilidades adquiridas en el problema. Las estrategias de este jinete del fin, se basan en el uso constante de la negación o un discurso cargado de excusas y explicaciones que en oportunidades son inventadas.En otros casos, se utiliza como recurso la queja constante o el contraataque, todo esto con el fin de no admitir los errores cometidos. Con estos argumentos, se busca culpar implícitamente a la pareja de las situaciones negativas de la relación, invalidando la queja que el otro pueda tener. El mensaje que se transmite es: “Yo no soy el problema” o “Ese no es mi problema”. Estar bajo la presencia de este estilo de interacción deja al receptor del contraataque en un estado de moderada paranoia e hipersensibilidad sobre la responsabilidad proyectada del malestar del otro.
Tercer Jinete: LA INDIFERENCIA
Este jinete se caracteriza por el uso de una postura evasiva constante o actitudes de distanciamiento del otro, se evidencia un marcado refugio en sí mismo, desconectándose de la relación como si no le importara. También es común de este modelo la proyección de la superioridad sobre el otro, dejando de lado las emociones, pensamientos e ideas de la pareja por considerarles poco valiosos. Las herramientas de este Jinete se basan en el uso de la mirada esquiva, la inexpresividad, las respuestas de tipo lacónicas o la utilización recurrente del silencio. Con estas maniobras se deja en claro que se ha condenado de manera previa a la pareja, minimizando su queja e insensibilizándonos hacia la búsqueda de salidas a los conflictos. Otro estilo muy común de la aparición de esta actitud en nuestras relaciones es la no proyección de importancia hacia la pareja, haciendo caso omiso a sus circunstancias de vida, comentarios e ideas. En oportunidades esta táctica es utilizada como modo de defensa, para no atacar a la pareja, no obstante, cuando se abusa de ella refleja el deseo de escapatoria de la dinámica relacional, produciendo en el receptor sentimientos de incomprensión, desanimo, desamor u olvido.
Cuarto Jinete: EL DESPRECIO
Este último jinete implica una constante ostensible falta de respeto hacia la dignidad e integridad del otro, actitud que va desde un simple mirar como menos a la pareja, hasta sentir hacia esta aversión al punto de caer en la violencia. En este estilo de interacción se recurre al sarcasmo, al uso de expresiones faciales de desprecio, disgusto, el humor hostil y la violencia (verbal y/o física). Las técnicas utilizadas durante este modelo van desde la ridiculización del otro a través de la burla, hasta el insulto directo. Inclusive patrones de infidelidad donde se deja claro que se desea o se valora más al que cumple el rol de amante que a la pareja, es otra forma de dar muestra evidente del desprecio que se siente hacia esta. En este modelo actitudinal negativo el desprecio suele relacionarse con la indignación y estado de amargura que se incrementan a medida que el rencor, los pensamientos negativos y el resentimiento hacia el otro se va acumulando a través del tiempo, llegando al punto de devaluar a la pareja hasta asumir que esta es indigna de recibir amor.
Cabe destacar, que estos cuatro jinetes son mecanismos comunicacionales que se gestan desde el inicio de la relación y se ven agudizados en los períodos más vulnerable de la pareja y que cada uno es el predictor de la aparición del siguiente, siendo el desprecio el jinete más destructivo de todos, por las implicaciones en el campo de la violencia emocional y física. Estos factores, funcionan como elementos causa y efecto, ya que en el fondo dejan claro que se rechaza al otro y se le sentencia con un veredicto de culpabilidad sobre las tragedias que se suscitan en la dinámica relacional.
Dicho en otras palabras, las peleas no son negativas en sí mismas, puesto que en ciertos momentos podemos incurrir en este tipo de conflictos para ventilar sentimientos negativos que hemos percibido en nuestra vida de pareja, el detalle está en que debemos ser lo suficientemente seguros, asertivos y maduros para no transformar una queja concreta en un ataque absoluto que tornará a la pareja en un espacio disfuncional, donde predominan las interacciones negativas que aceleran la espiral de agresiones.
Estimado lector y querida lectora, si ves a tu relación galopando en alguno de estos jinetes es hora de buscar ayuda bien sea para permitirte salir de una dinámica conflictiva o para ayudarte a hacer renacer los espacios de amor, confianza, respeto y comunicación que nutren y hacen de toda pareja un caudal de felicidad plena.

Por Rosmary Sanchez
Psicologa
http://www.altaeducacion.org/profiles/blogs/los-cuatro-jinetes
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Comentarios

  •  Hola Diana, es verdad hay más jinetes y deberíamos checar si estamos cabalgando en uno de ellos para ser más conciente de donde estamos y con quien estamos.

    ¡Gracias por tu comentario!

    Abrazos de sol.

    vi.

  • Yo creo que podríamos enumerar un par más de jinetes que acaban con las relaciones, y tiene que ver con las historias de pasado y la deslealtad; sin embargo, estoy de acuerdo que esos primeros jinetes son los que pronostican el principio del fin.

    Muchos saludos

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