¿LO HAS VISTO CON OTROS OJOS?

Es común que cuando tenemos un problema, una y otra vez pensemos en él; sin embargo, aunque lo repasemos cientos de veces, siempre llegamos a lo mismo.  Sucede porque el cerebro no encuentra respuesta: lo planteamos de la única manera en que lo hemos percibido, detectamos las mismas variables y pretendemos que sólo hay una forma de resolverlo, por cierto, compleja y muy alejada de nuestras posibilidades.

Así podrían pasar días y días repitiendo la fórmula. ¿Por qué no llegamos a la respuesta? Seguramente porque lo observamos siempre desde una perspectiva que ya creamos y a la que nos aferramos. Hablar de “el otro observador”, es echar a andar la imaginación, la creatividad. Tendremos que jugar un “juego de roles” con nosotros mismos, suponiendo que no somos los protagonistas del conflicto, por ejemplo, pensemos que somos una gran amiga y que contempla la problemática desde afuera, ¿qué nos diría?, ¿cuál sería su recomendación?

Ahora pensemos que somos nuestra hija, pero no una de nuestras hijas, una hija diferente porque eres tú misma. ¿Qué pensaría esa hija de, tal vez, 15 años, sobre el problema que tenemos? Su perspectiva será diferente porque pertenece a otra generación. ¿Y si fueras la contraparte? ¿Cómo está contemplando el posible oponente, la misma situación? Podría ser el jefe, el casero, un proveedor, la pareja…es un hecho que ve otra cara de la misma situación.

Intentar por un momento ser otro observador tiene grandes beneficios: nos permite ser más objetivos, separando el problema de las emociones que nos produce, nos facilita la búsqueda de información porque cada persona tiene una realidad distinta que alcanzamos a comprender cuando nos salimos de la “caja”; nos da un respiro para analizar los componentes de aquello que percibimos como un gran conflicto y nos da luz para que nuestro cerebro se encienda nuevamente, ahora para buscar alternativas y no para regodearse en el sufrimiento que causa estar en un laberinto sin salida.

Edward Bono se apoya en esa técnica al crear su dinámica de “los seis sombreros de colores”, que las empresas emplean con los integrantes de sus equipos de trabajo, para ver los acontecimientos desde seis diferentes perspectivas.

No nos quedemos con lo que vemos, porque la vista engaña y tenemos una mente tan poderosa, que es capaz de observar lo mismo con otros ojos. Haz la prueba.

Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!

Join Retos Femeninos