LA MUERTE ES LA GRADUACIÓN DE LA VIDA

Hablar de la muerte para muchas personas es difícil, ese desprendimiento de la materia no sólo preocupa, a veces aterra al ser humano que se aferra a la vida como única opción de felicidad y trascendencia. Aceptar la muerte de un ser querido a veces requiere de mucho tiempo y hasta de la intervención de médicos y psicólogos a los que se recurre para curar a esa persona que flaquea y decae ante esa pérdida. En psicología llamamos a ese proceso "elaborar el duelo" y yo pienso que si nos preparáramos.... que si tuviéramos más contacto con el cielo, que si conociéramos el plan de Dios, Creador y Padre amorosísimo, ese cambio al que llamamos muerte sería sólo una dulce despedida, como quien va a un viaje maravilloso y se le dice adiós con alegría y esperanza,

Hay tristezas tan dulces que se parecen a la alegría. Cuando acompañamos a un amigo que ha perdido a un ser querido y nos recibe con una sonrisa, a veces diciéndonos él una palabra de consuelo y de cariño, agradeciendo que estemos presentes. Aquí me doy cuenta de lo que significa el regalo maravilloso de la FE, el saber que ese misterio al que llamamos muerte no es más que un cambio, un hasta luego. Cada vez que yo experimento un momento así, tengo dos pensamientos; el primero al ver ese ataúd digo, que suerte tienes, tu ya viste a Dios y el segundo es pensar, yo aún tengo la oportunidad de amar más a los que amo, de pedir perdón a los que les he fallado, de perdonar a los que me han ofendido, porque cuando se está ahí se acabó el tiempo y ya no hay nada que hacer.

 Yo me imagino cómo será ese encuentro y pienso que Dios mismo me recibirá con su mejor sonrisa y me abrazará... y me dirá con todo el amor de Padre... Bienvenida has vuelto a casa y creo que será maravilloso verlo y sentir sus brazos llenos de amor... fin del viaje en que cesará la búsqueda inquietante. Ahí tendrá dimensión infinita el pensamiento de San Agustín "nos hiciste Señor para ti y no descansaremos hasta estar contigo" y es entonces cuando se me antoja la muerte a pesar de que soy feliz, a pesar de que pienso que aún tengo mucho por hacer en el mundo, se me antoja, porque con El seré feliz por toda la eternidad y es cuando entiendo a Santa Teresa y digo con ella "QUE MUERO PORQUE NO MUERO.

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Comentarios

  • Hermoso, como todo lo que escribes.
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