LA ETERNIDAD NO ES OTRA COSA QUE LA LIBERACIÓN DEL TIEMPO LIBRE

Fabiola Guerra Ugalde

Nuestras necesidades se vuelven tan demandantes que nos aceleramos en vano y perdemos el único tiempo que existe el presente. ¿Cuántas veces trabajamos en opciones? ¿Cuántos nuevos comienzos existen ignorados?  La prisa, el mal humor, la inmediatez y el culto al consumo, ¿Nos permiten verlo?, ¿Todo son cuentas por pagar?

Tenemos más necesidades que nunca y también desechamos más que nunca. ¿Somos superficiales?

Encontremos las variables de vida, las variables de la realidad. Viajemos a tiempos más tranquilos los deseos son personales. Transformemos mundos. Allegarnos cultura tiene más que ver con los vestigios, el arte, la tradición, la artesanía, el juego, la música, el cine, la gastronomía  y la naturaleza  que con las cosas superfluas que terminan siendo laberintos sin expectativas y cada corazón es un mundo. ¿Cuál es tu momento más feliz? ¿En que estamos interesados?

¿Somos una ciudad acelerada? ¿Nos precipitan o nosotros nos adelantamos?

Una idea que ha permanecido en el imaginario colectivo y popular es la inmediatez del éxito y la eficacia.

Desde que el mundo grito por primera vez el hombre aprendió acumular y acumular. Ahora el mundo es un tiradero de porquería. De manera paralela hay basura extraña que se mete en la cabeza. Ser el primero en alcanzar un auto, un celular, una marca glamorosa. Todo lo queremos al instante; siempre a la caza de la novedad (salud, romance, crédito, vacaciones, perder 2 tallas en 5 días),  para posteriormente desecharlo todo  al vapor en nombre de la indiferencia.

 “El Privilegio a  La  Novedad, La Indiferencia  y El Culto Al Instante”

Todos tenemos una pantalla de plasma pero cuántos tenemos una tienda de campaña o unos tenis, ¿En qué somos libertos? Compramos todo lo que se anuncia. La tele es experta en persuasión, sugestión y lisonja. Los anuncios publicitarios comerciales y las tiendas de prestigio tienen una enorme presencia en nuestra vida.

La significación no está en el pasado ni en el futuro sino en el instante. En nombre del instante han caído una a una las más antiguas barreras; lo prohibido, territorio inmenso hace un siglo. Ahora, es tan fácil el sexo y tan difícil el amor.

Es el esfuerzo el que  corona la plenitud y no la prisa;  -la rapidez-. Sólo nos permitimos interactuar de manera superficial y nuestros compromisos son nulos.  Olvidamos que el mundo es un edificio social. Nuestra verdadera divinidad está en encontrar motivación en actividades relacionadas a proyectos que abarquen aventuras no departamentales de tiendas comerciales. ¿Cuándo abrimos un libro?

 La persona que más ha vivido es la que tiene las experiencias más enriquecedoras.

Cuándo aprenderemos que las cosas de dinero ya no están funcionando. La gente se endeuda y termina por venderle su alma al pequeño cerdo capitalista. ¿Cuántas veces cae el hombre en cartera vencida por una  visita al Palacio de Hierro? El poder adquisitivo se acaba te embellece y minimiza a la vez. Vivimos en una dictadura sin dictador (el consumo masivo). Somos incapaces de ver lo real de lo imaginario. ¿Cuántas personas se dan cuenta de lo patético de un salario?

¿Sucede acaso que sólo se consideran dignas de ser apren­didas las cosas que pueden proporcionarnos dinero o prestigio, y que el amor, que «sólo» beneficia al alma, pero que no pro­porciona ventajas en el sentido moderno, sea un lujo por el cual no tenemos derecho a gastar muchas energías?

Estamos demolidos o excesivamente modernizados corriendo por una identidad que siempre se escapa. Por una identidad que no tiene fecha ni horario, ni agenda en el  calendario.

 ¿En dónde se le ven a uno las raíces?

No somos parte de un modelo de juguete hemos sido creados para correr caminos. Por brechas y veredas se encuentra el destino. Amar y ser amado es sentir el sol por ambos lados.

http://fabiolaguerraugalde.crearblog.com

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Comentarios

  • Me gustan tus palabras con tanta fuerza. Ves lo que otros no se permiten mirar por haber caído en la trampa de una vida sin sentido.
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