LA CUESTA DE ENERO

Forma parte ya de nuestro estilo de vida, a grado tal que se ha incorporado al lenguaje común: esa etapa de inicio de cada año que se asocia con una serie de limitaciones económicas en lo individual y social, así como con calamidades de tipo doméstico en general.

Me refiero, claro, a la temida cuesta de enero, que para muchos implica un difícil comienzo tras el cierre festivo del año que se fue, en especial por los gastos que se multiplican durante diciembre a causa de la compra de regalos, las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, o por la adquisición de artículos diversos aprovechando que algunos cuentan con el ingreso adicional proveniente del aguinaldo. Productos, por cierto, que muchas veces no son tan necesarios y que suelen derivar en gastos excesivos y hasta en derroche.

El caso es que de pronto la realidad nos sacude con la falta de liquidez o, peor aún, con adeudos crecientes. Digamos que el gozo o la euforia del último mes del año se esfuman en enero.

Una situación similar experimentan la industria y el comercio ante la baja del consumo, además del proverbial aumento en los insumos y materias primas, con el consabido incremento inflacionario, a lo que en este 2014 hay que agregar los nuevos impuestos derivados de la reforma fiscal.

Así que los días felices de diciembre, donde festejar y convivir son anhelos legítimos, pueden trastocarse en complicaciones pecuniarias.

Sin embargo, la llamada cuesta de enero, que forma parte ya de nuestra cultura, conlleva ciertas ventajas que podemos aprovechar; por ejemplo, reservando un dinerito a fin de año para aprovechar las conocidas rebajas de enero. Lo importante es planear con tiempo para comenzar el año con decisiones claras y, ¿por qué no?, con esperanzas renovadas, siempre y cuando éstas no estén destinadas a convertirse en desilusión, lo que ocurre cuando nos atenemos a que el transcurrir del año mejore automáticamente la situación.

En todo caso, se impone lo que ya sabemos o debiéramos saber: en lugar de gastarnos todo el dinero de que disponemos, debemos privilegiar el pago de deudas y hasta hacer un esfuerzo para ahorrar y planear mejor el manejo de nuestros ingresos y egresos.

Espero que la experiencia de los años nos haya permitido aprender la manera de sortear mejor la situación y que esta cuesta de enero no sea tan elevada que nos impida transitar liberados de cargas en los meses subsecuentes.

En todo caso, más allá de fantasías y pensamiento mágico necesitamos capacitarnos, trabajar y superarnos más. Con ese ánimo debemos iniciar y concluir el presente año, con el propósito firme y continuo de esforzarnos y poner lo mejor de cada uno para que a todos nos vaya mejor y hasta logremos conseguir una mayor tranquilidad y felicidad personal, familiar y social.

Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!

Join Retos Femeninos

Comentarios

  • Gracias por compartir,todos sus artículos son muy interesantes.Un abrazo¡¡¡

This reply was deleted.