¡Hey lectores!, público en general, ya llegamos al reconocimiento, volvamos los ojos a nuestros hijos adolescentes, no cometamos el error de decir: “Los niños -ya llegaron a la edad de la punzada-”, y hacernos de la vista cuadrada, o quejarnos de lo mismo, eso nos hace adoptar una actitud comodina. Y no lo podemos permitir, por eso ¡atención!

3º. Etapa : Después de los 14 años

Los adolescentes intentan ser “ellos mismos” y lo harán, con o sin la aprobación de sus padres. Pero si en la segunda etapa hubo suficiente comunicación, en esta tercera etapa también seguirá existiendo.

La comunicación persistirá gracias a que ha habido respeto mutuo. O lo que es lo mismo reconocimiento mutuo.

Por ello, el “reconocimiento” es muy importante en esta etapa.

Aunque aparentemente nuestro hijo se muestre lejano, si hemos ganado su respeto, él tomará muy en cuenta nuestra opinión.

En esta etapa los “proyectos personales” de nuestros hijos son de suma importancia.

Un adolescente sin proyectos personales es presa fácil de las drogas, el sexo y el enamoramiento.

Por ello a nuestro adolescente se le deberá dar apoyo y reconocimiento en aquellos proyectos en los que se involucre.

Por ejemplo: la práctica de un deporte le permite a los jóvenes tener metas específicas por alcanzar (proyectos) y a los padres les da la posibilidad de brindar ese apoyo y por supuesto aparece ya mencionado reconocimiento.

El reconocimiento que damos a nuestros hijos crea en ellos, lo mismo que las empresas buscan al ofrecerlo…. Lealtad.

Si conseguimos obtener de nuestros hijos lealtad a su familia (y a sus valores), habremos hecho un gran papel como padres. Pero ojo, porque también existe el falso reconocimiento.

El falso reconocimiento
Al hablar de reconocimiento podemos decir que éste, es un poderoso revitalizador, pero cuando se da como un “regalo”, se convierte en un falso reconocimiento. Hay que tener cuidado pues es “muy peligroso”. Dar elogios a cambio de nada, disminuye el poder nutricional del reconocimiento y provoca efectos contrarios.
Los elogios inmerecidos sólo consiguen que los niños se conviertan en adultos que consideran “duro” el mundo exterior que juzga, califica y señala sus errores.
Los hijos con padres sobreprotectores no desarrollan el temple y habilidades necesarias para resolver los inevitables problemas que se les presentan en la vida.
Dar el justo reconocimiento evitando los elogios inmerecidos hará que nuestros hijos miren con realismo lo que su esfuerzo bien merece.

Hay que elogiarlos, pero con verdad, sin exagerar, pero nunca dejar atrás esas palabras de aliento porque no estarán de más para reforzar una autoestima, ávida de reconocimiento pero sobretodo en las primeras etapas de la persona.

Y recuerda aplícalo a tu vida, qué esperas… ¡Haz que suceda ahora!

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Comentarios

  • es muy importante, yo tenía mucha comunicación  con mis hijos, corrijo tengo, aunque en ocasiones no se como actuar y los he lastimado, pero cuando eso sucede me preguntan si ya estoy en la menopausia... y nos da risa y pasa el mal momento a ese grado estoy con mis hijos. ¡LOS AMO

    !

  • Hola!! Gracias por la informacion tengo 2 niñas una de 13 y la otra de 10, aunque procuro darles reconocimiento y escucharlas cuando me platican algo, este articulo me ayudo a ver algunos detalles importantes.

    Gracias!! 

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