¡HABLA SÓLO DE TI!

Siento que una manera óptima de cambiar nuestra programación inconsciente y por tanto nuestras creencias, es la manera de verbalizar nuestra propia vida.

Solemos explicar con cierta frecuencia los acontecimientos y nuestras experiencias hablando del otro, de algo externo a nosotros. Decimos cosas como: “Mi hermana no me escucha”, “Mi jefe no valora mi trabajo”, “Mi compañera sentimental me engañó con otro”, […]

En mis sesiones de coaching suelo decirle a mis acompañantes que, si realmente quieren generar conciencia de sus programas subconscientes y de en qué modo operativo se encuentran en cada momento, tienen que verbalizar los hechos y los acontecimientos siempre desde un posicionamiento personal. Por ejemplo, “hay que reparar la puerta de la cocina” no nos activa. Esta frase ha de ser sustituida por la siguiente: “tengo que reparar la puerta de la cocina” o “tengo que marcar al carpintero para que se pase a reparar la puerta de la cocina”.

Siguiendo con las frases anteriores, deberían ser sustituidas por las siguientes: “Yo no me escucho a través de mi hermana”, “Yo no me valoro en mi empresa ni en mi vida”, “Me estoy engañando a mí mismo con relación a mi compañera sentimental”. Como puedes advertir, estas frases no tienen nada que ver con las anteriores. Esta forma de verbalizar cada situación de tu vida te ofrece una percepción de los hechos en la que la responsabilidad recae sobre ti.

Uno ha de huir de preguntas que empiecen ¿Por qué? y empezar a formularnos preguntas que inicien con ¿Para qué? La segunda siempre nos conecta con nuestro interior, la primera siempre nos lleva al otro, al exterior. El PARA QUÉ se conecta con una conciencia que comprende que todo tiene una razón de ser, que normalmente es una proyección de nuestros programas subconscientes. Esta forma de preguntarnos demuestra una madurez emocional libre de victimismo y de proyecciones de culpabilidad sobre otros.

Procurar que nuestros diálogos internos se expresen de esta manera nos permite realizar cambios en nuestra neurología, porque tenemos otra percepción de las cosas y de los acontecimientos que acontecen en nuestra vida.

Conozco a una persona que la vida la llevó a tener que pasar por un proceso de cáncer, que finalmente terminó superando. Durante este proceso me llegó a confesar que empezó a superar su enfermedad cuando dejó de formularse preguntas que incluían el término POR QUÉ y pasó a formularse preguntas que empezaban con el término PARA QUÉ.

Es probable que ahora te estés preguntando: ¿Por qué debo pensar de esta manera? ¿Yo soy el culpable de todo? No, no se trata de pensar el clave de culpa, dado que no eres culpable de nada, pero si eres responsable de tus pensamientos y sentimientos, y las palabras que utilizan contribuyen a crear lo que piensas y sientes. En esencia podemos resumir diciendo que existen experiencias que llamamos enfermedades, pero no olvides que todo tiene un sentido, un PARA QUÉ que hemos de descubrir si aspiramos a liberarnos de nuestros programas inconscientes.

En el Universo no existen fluctuaciones de información; todo es exacto y preciso, muy preciso. Por ello, te respetarán en la medida en que te respetes. Te perdonarán en la medida en que te perdones. Te amaran en la medida en que te ames.

 

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