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Hace como un mes fui a una especie de retiro a hacer trabajo personal. Fue un fin de semana bastante intenso y que agradezco profundamente ya que me dió claridad en algunos asuntos que me habian ocupado durante un tiempo.  También hubo un suceso casi insignificante que me asalta la consciencia y que quiero compartir con todas el día de hoy.

Resulta que al salir de un momento de catarsis, la mujer que nos guiaba y acompañaba me dijo que yo era una guerrera, lo dijo para darme fuerza y para ayudarme a reconocer el poder y la capacidad que tengo y he tenido para salir de lo que se me ponga enfrente. Lo curioso fue que no recibí sus palabras de buen agrado, incluso sentí fastidio y una voz interna susurró "...es que no quiero ser guerrera, ya me cansé de luchar". Pasaron los días y hubo otro evento que no recuerdo pero tenía que ver con una charla alrededor de la necesidad que impera hoy de equilibrar, sanar, hacer arreglos, resignifiar relaciones, modificar posturas etc. Y vi con mucha claridad la necesidad de luz y sabiduría para que estos procesos, tan necesarios, puedan llevarse a cabo sin que existan desacuerdos, luchas de poder, vencedores ni vencidos. Sí, las mujeres podemos ser guerreras, allí tenemos a Atenéa que susurraba a los guerreros las estrategias de las que debían valerse para ganar batallas, o a las Amazonas que cercenaban uno de sus pechos para poder utilizar sus arcos y flechas sin problemas, y que vivían en una isla donde los hombres que les servían eran todos incapacitados de alguna manera. Ser guerrera significa que alguien tiene que perder. Significa perpetuar la lucha. En las últimas décadas el arquetipo de la guerrera ha tomado una gran importancia, así como la necesidad de que la mujer se empodere, pero a veces siento que lo estamos haciendo desde el lugar equivocado y que este tipo de empoderamiento nos lleva a más soledad,  frustración y violencia. En la Kabalah la lo masculino tiene el atributo de el conocimiento y lo femenino tiene el atributo de la sabiduría. La sabiduría es otra forma de poder, es un poder que también pone límites de manera legítima, pero lo hace mas con el afán de construir que desde el posicionamiento de la defensa o el ataque. Hombres y mujeres somos iguales en tanto que somos seres humanos conscientes y eso nos hace esencialmente dignos de los mismos derechos y obligaciones, pero también somos diferentes lo que hace que esos derechos y obligaciones requieran de formas diferentes. Nuestras diferencias nos complementan, son necesarias y tener la sabiduría de entenderlo y llevar a la práctica esta comprension es hoy más necesario que nunca. La sabiduría es poderosa por sí misma, es nutricia y protege la ecología de las relaciones en bien de todo y de todos. Por eso ya no quiero ser guerrera, quiero ser Portadora de Luz y actuar en consecuencia. Quiero alzar mi voz de una manera suave y dulce, pero con el poder inquebrantable de la sabiduría, entonces ganaremos todos. Ganaremos las mujeres, ganaran los hombres y mas que nada, ganaran nuestros hijos y los que vienen adelante. Quiero treguas, pactos, comunicación acuerdos, compromisos, paz; quiero respaldar y sentirme respaldada en el camino de construir un mundo lleno de luz, de paz y de seguridad para todos. 

Este es un blog de mujeres maravillosas que levantan la voz para cambiar al mundo. ¿Que tal que invitamos a todas las mujeres que conocemos a dejar de ser Guerreras y a convertirse Portadoras del Luz? Las palabras que usamos son siempre muy importantes, ya que nos dan dirección y nos sugieren formas. Dejemos de ser guerreras pues la guerra siempre implica destrucción. Seamos Portadoras de Luz, de Sabiduría y desde dentro de nosotras mismas y comenzando por nosotras mismas cambiemos el tono de nuestro andar, la calidad de nuestra voz, encontremos ese empoderamiento que no ha de hacerse jamas a un lado, desde la sabiduría que protege la vida y las relaciones. Reconciliemos nuestros pensamientos con nuestro corazón, generando la Coherencia necesaria para hacer de este el mejor de los mundos.