Un encuentro de notable importancia se celebró en días recientes en el sureste del país para abordar los temas de la cultura, el turismo y la identidad como ejes de la integración regional y nacional.
Me refiero al Foro Mesoamericano de Cultura, Turismo e Identidad, que se había dejado de realizar en años anteriores y ahora, por fortuna, se ha retomado. Una decisión muy atinada, por la dimensión, alcances y magnitud de horizontes de este evento destinado a reflexionar entre los territorios de la modernidad y las raíces de las tradiciones y la herencia cultural.
Durante su desarrollo se presentaron propuestas y proyectos de gran relevancia, formulados por destacados intelectuales, funcionarios del ámbito cultural, artistas, embajadores y representantes de diez países, así como de organismos internacionales.
La presidenta de este Foro, quien además encabeza la Comisión de Cultura de la Conferencia Nacional de Gobernadores (mejor conocida por su acrónimo Conago) es la gobernadora del estado de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco, quien cuenta en esa tarea con el decisivo apoyo de Agustín Gasca Pliego, director general de Instituto Mexiquense de Cultura, en su carácter de vicepresidente del Foro. La Coordinación General fue desempeñada con patente eficacia por Jorge Esma Bazán, director de Cultur, organismo estatal que coordina los servicios turísticos de las unidades culturales y centros arqueológicos de Yucatán.
El programa abarcó un análisis y reflexión a fondo de estos asuntos cruciales de nuestro tiempo, tanto en las sesiones plenarias como en las tres mesas de trabajo que se establecieron para organizar el cúmulo de temas que abordaron los participantes. Las mesas fueron presididas por los destacados servidores públicos como Alejandro Ordorica, Gerardo Ferrando y Ricardo Guerra.
La inauguración corrió a cargo de la gobernadora Ortega, quien pronunció un discurso emotivo e impactante, en el que afirmó que es momento de construir un futuro donde la equidad y la justicia social sean ejes rectores del desarrollo. Enseguida se abrió formalmente la discusión, con una conferencia magistral del ameritado internacionalista y diplomático Juan José Bremer, a quien se le otorgó la Medalla al Mérito Cultural del Foro, junto a Víctor Sandoval, relevante promotor cultural y poeta.
Durante la ceremonia de inauguración también se develó una placa en honor de una serie de promotores de la cultura ya fallecidos que hicieron aportaciones muy importantes en este campo, como es el caso de nuestro amigo Manuel de la Cera, quien fuera director del Instituto Nacional de Bellas Artes y del Festival Cervantino, entre otras encomiendas importantes que desempeñó a lo largo de su fructífera vida.
Entre los ponentes destacaron personalidades de la cultura y el periodismo, como Enrique Flores Cano, Beatriz Pagés, Teresa Franco, Lilia Aragón, Leonel Durán, Enrique Iglesias, Luis Garza Alejandro, Florentino Castro, Andrés Torres y muchos más. Tuve el privilegio de participar con la ponencia “La gastronomía mesoamericana”, una propuesta muy concreta para que se emprenda una gran investigación sobre el tema y luego se convierta en un libro, es decir, el Atlas de la cocina mesoamericana (maya, olmeca, zapoteca, mixteca, etcétera), además de que se promueva y difunda en el mundo entero esta gastronomía por su importancia y sus aportes a la civilización.
En otro de los actos que se llevaron a cabo en este Foro, un grupo de intelectuales, investigadores, académicos, promotores culturales y personalidades del ámbito internacional suscribió la Carta Mesoamericana, que contiene elevados propósitos para el desarrollo cultural, el turismo cultural y alternativo, la protección del patrimonio natural y cultural, así como el fortalecimiento de nuestra identidad e integración social.
Asimismo, se determinó que el Foro Mesoamericano tuviera un carácter itinerante, dinámico, participativo, democrático y abierto a todas las corrientes del pensamiento cultural que propicien la integración nacional y latinoamericana. Y, subrayadamente, se estableció el compromiso de impulsar programas de acciones públicas y privadas que traduzcan las conclusiones y acuerdos que se adoptaron con un espíritu de solidaridad a México, a la región del Mundo Maya y la cooperación internacional.
Desde luego, en el marco de este gran encuentro tuvimos oportunidad de disfrutar la comida y la música de Yucatán. Además, nos embelesamos con la belleza y majestuosidad de sus centros arqueológicos, como Chichen-Itzá, Uxmal y Dzibilchaltún, entre otros, donde comprobamos la excelencia de los servicios para visitantes nacionales y del extranjero, gracias a los empeños de Cultur y del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Resultó, pues, toda una distinción participar en este foro que a mi parecer tiene un promisorio futuro, pues estoy convencida de que no quedará como un encuentro coyuntural, sino que constituirá un sólido y vigoroso punto de partida para emprender y plasmar en realidades cada uno de los compromisos que quedaron signados debidamente y que hoy más que nunca le urgen a México.
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