FUENTE DEL SABER

¿Qué mas decir de Carlos Fuentes que no se haya dicho y repetido en estos días a partir de su sorpresivo y muy lamentable fallecimiento?

Bien sabemos de su excepcional obra literaria, que lo ubica como uno de los más elevados exponentes de la novela, el cuento y el ensayo de las letras contemporáneas.

También conocemos su brillante travesía como analista político y generador de opinión pública.

Y así , por fortuna, se le conoció y reconoció en vida.

Por eso, aludir a su trayectoria no deja de ser redundante  e insuficiente en estos limitados espacios periodísticos.

Prefiero rendirle homenaje recordando algunos de sus libros, cuentos o textos que me impactaron cuando los leí en diversos momentos de mi vida.

Quiero evocar por ejemplo La muerte de Artemio Cruz y La región más transparente, es decir, su mirada aguda y crítica sobre el México posrevolucionario. Con ciertos avances, sí, pero también con sus distorsiones implícitas: corrupción, promesas incumplidas, defecciones, impunidad, autoritarismo… Asimismo, retratos fidedignos del país y de nuestra ciudad capital.

Desde luego, entre las obras de Fuentes que han marcado mi vida no puedo dejar de mencionar Terra nostra, Aura y Las buenas conciencias, sobre todo en mi caso porque provengo de la provincia.

También recuerdo con gran nitidez, por la huella que me dejaron, cuentos grandiosos que me conmovieron y disfruté enormemente: “Casa de la Lomas”, Chac Moll “, “La muñeca Reyna”, “Las dos Elenas” y “El naranjo”.

Qué decir de sus libros de ensayos, como Nuevo tiempo mexicano, donde hay reflexiones lúcidas sobre nuestro presente y lo que podíamos ser o esperar en el futuro.

Y podría seguir rememorando libros y más libros de su autoría, como Los días enmascarados o Cantar de ciegos, pues su trabajo literario fue abundante y brilló línea tras línea, párrafo tras párrafo, página tras página.

Por cierto, en el guionismo cinematográfico fue también excepcional, sobre todo si consideramos la película Los caifanes, ganadora del primer concurso que sobre ese género se organizó allá por los años sesenta. Y no dejo fuera tampoco sus artículos en diversos diarios del país y el extranjero, que alumbraban nuestra interpretación sobre los problemas y los retos que fueron adicionándose en las últimas décadas de nuestro devenir histórico.

Tuve el privilegio de conocer a Carlos Fuentes y tratarlo junto con su esposa, la también entrañable Silvia Lemus, a quien le transmito un abrazo fraternal y un sincero pésame. Cómo no recordar un par de comidas que tuvieron realizamos en mi casa, donde constaté el amor que se tenían Carlos y Silvia, pero igualmente el talento de ambos y las conversaciones fuera de serie que surgieron en sobremesas inolvidables.

La noticia de la muerte sorpresiva de este mexicano excepcional y comprometido nos llenó de asombro y tristeza. Pensábamos que Carlos Fuentes aún tenía mucho que aportar a la literatura y el pensamiento, y lamentamos que ahora ya no contaremos con su inteligencia y sentido común, que tanta falta nos hacen.

Pero Fuentes, un mexicano de excepción, no se va, no puede irse. Queda aquí y lo acogerán las generaciones subsiguientes cada vez que lean las páginas de alguno de sus libros, pues todos, en conjunto o por separado, son una delicia y fuente de saber.

Gracias, Carlos, por tu talento, tu creatividad, y tu amor a México.

 
http://www.marthachapa.net/
enlachachapa@prodigy.net.mx
Twitter: @martha_chapa

Facebook: Martha Chapa Benavides

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Comentarios

  • También lamento la gran pérdida del gran maestro de la vida , a través de sus obras, y sin duda para muchos sigue y seguirá por generaciones por las grandes huellas que ha dejado, gracias por recordarnos y compartrnos sabiduría , gracias.

     

  • Muchas gracias Señorona, Doña Martha Chapa... precioso homenaje, a Don Carlos Fuentes... que hombrazo, qué tipazo! Gracias por compartir. Por favor síganos dando tanta luz y belleza. *Gena.

     

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