Lejos de cimentar acuerdos a favor de la paz, por parte de las dos grandes potencias mundiales, Rusia y Estados Unidos, han abierto en el caso de Siria una peligrosa confrontación.
Por su parte, el régimen Sirio cometió una grave violación al usar armas químicas y en contra de la población civil. Hasta donde se sabe esta ofensiva ha sido al menos solapada por el propio presidente ruso Vladimir Putin. Un punto importante, porque aun cuando hay acusaciones unificadas de Francia, Inglaterra y Estados Unidos en este sentido, es que hora resulta todavía más urgente y decisivo que un órgano como las Naciones Unidas realice una investigación a fondo para saber dónde se fabricaron y quien las arrojó. Es mucho lo que está de por medio y el riesgo de que se genere una conflagración mayor, no es tan lejana. Tengamos también muy presente lo que ocurrió en Irak cuando el entonces presidente Bush afirmara que en ese territorio se estaban preparando armamento químico y que tras de lanzar una invasión contra ese país, se supo luego que no existían dichas armas.
Con esto de ninguna manera se puede exculpar en el pasado a Irak y a Siria en nuestros días, pues se trata de tiranías y no es la primera vez que usan estos nocivos productos químicos, además de su consabida crueldad en la guerra actual contra quienes aspiran a que surja un régimen democrático y de liberad.
Por lo que se refiere a Donald Trump es evidente que sus escarceos o coqueteos reales o supuestos con Putin resultaron no sólo infructuosos, sino contraproducentes frente al tamaño y descaro de la provocación Siria.
Así también, se detecta ya una creciente influencia del grupo más duro de los militares que rodean al presidente norteamericano, los llamados halcones tan proclives a la guerra.
Por otra parte, se dio una respuesta enérgica y pronta tanto en el caso de presidente francés, Emmanuel Macrom, pues incluso fue una de sus promesas de campaña el que no se permitiría cruzar la llamada línea roja con armas químicas, como la primera ministra de Inglaterra Theresa Mary May, en su de dar pruebas contundentes contra las andanadas musulmanas de corte terrorista.
Aun así, calculo que cesarán las hostilidades pues a quien menos le conviene esta la acción belicista, es justo a Putin, máxime por la proximidad del mundial de fútbol de las olimpiadas a lo que ha inyectado millonarias inversiones y urgido igualmente de un mayor reconocimiento mundial, que afiancé su poderío y dominio dentro de su propia nación y del bloque que liderea
Lo que parece ahora más difícil es un acuerdo de reconciliación en Siria, si bien es una prioridad y fundamento indispensable para la paz global. Y también, un momento estratégico, para presionar a Rusia y a Siria de que se comprometan a una pacificación y sienten las bases de un régimen que gradualmente transite hacia la democracia y las libertades, en lugar de que Rusia anuncie que habrá consecuencias, por lo que considera una agresión improcedente, más allá de que en realidad el operativo norteamericano no represento mayores daños al dictador Bashar Al-Assad. Cuál es entonces la misión cumplida, en palabras de Trump, sino dañó ni debilito a tan nefasto régimen.
Queda claro eso, eso sí, que pronto aparecerán señales en uno o en otro sentido, si bien el mundo en su conjunto protesta airadamente contra esos atentados de lesa humanidad.
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