EL SÍNDROME DE WENDY, COMO FORMA DE AMAR.

 

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Se le nombra síndrome de Wendy al conjunto de rasgos y características que tiene la persona que no sabe o no puede dejar de ocuparse en satisfacer las necesidades de los demás y sobreproteger a quienes la rodean, esto como una forma de amar.

 Todas las mujeres en algún momento de nuestra vida hemos padecido el síndrome de Wendy, siempre dispuestas a cuidar de aquellos seres a quienes amamos y son importantes en nuestra vida, nos ocupamos de satisfacer sus necesidades, de protegerles ante los peligros, de acompañarles en su camino, aconsejarles y decirles lo que es mejor para ellos, esa necesidad  absoluta de satisfacer a otro, principalmente a nuestra pareja e hijos.

 Esto a consecuencia de toda una cultura  y educación en la que se ha dado a la mujer el rol de “cuidar y brindarse a los demás”. La historia de vida en la que se ha desarrollado y en la que, de forma consciente o inconsciente se  adopta el papel de “madre resuelve-todo” relacionándose así de una forma dependiente convirtiéndose así en Wendy quién desea nadie crezca y  asume el papel de ser madre de todos.

 Esta conducta se debe al miedo que tiene al abandono o a ser rechazada, es por ello que debajo de esta conducta de control se mantiene oculta su baja autoestima y su enorme necesidad de afecto, ya que su valía personal depende  de lo que hace por y para los demás.

  ¿Cómo reconocer a una mujer con el síndrome de Wendy? 

  • Le encanta  adjudicarse los problemas de los demás.
  • Se la pasa rescatando a quién (ella cree) necesita de su ayuda.
  • Se siente imprescindible en la vida de los demás.
  • Es una mujer que da, que da, que da, aunque no reciba.
  • Evita a toda costa el enojo de los demás.
  • Pide perdón por todo aquello que no ha hecho o no ha sabido hacer.
  • Parece una persona estable pero ante cualquier amenaza a ser abandonada o rechazada, busca complacer a los demás para que se queden.
  • No conoce sus necesidades y se ocupa en satisfacer la de los demás.
  • Se siente culpable de la infelicidad o errores de los demás.
  • Todo gira alrededor de los demás, le cuesta tener vida propia.
  • Se relaciona con hombres irresponsables e inestables.
  • Termina asumiendo el rol de madre en su relación de pareja.
  • Le resta responsabilidades hogareñas a la pareja.
  • Tiende a ser la dominante en sus relaciones.

 

La mujer con este síndrome de Wendy  corresponde a esas esposas que tratan a sus maridos como hijos, les facilitan todo, les restan responsabilidades o compromisos. Ese afán de que las cosas se hagan a su manera, en su tiempo y a su gusto hace que la pareja pierda toda iniciativa en aportar a la relación, volcando en ella toda la responsabilidad inclusive emocional de ambos, es por ello que la mujer cuando abre los ojos a su realidad, se siente insatisfecha, llena de frustración, se siente sumergida en una soledad acompañada, repercutiendo en ello hasta en su intimidad sexual, ya que el hombre espera acostarse con su pareja  y no literalmente con su madre. 

Ahora también, cuando esta mujer tiene hijos su conducta tiende a ser sobreprotectora, que limita y anula la capacidad de los suyos porque en realidad muy en el fondo “no los cree muy capaces”. No deja crecer a los hijos, no los prepara para la vida pero si los llena de temores, tiende a elegir todo el tiempo su vestimenta, no les da obligaciones, no los escucha ni valora sus ideas, los conmisera por su debilidad, formando así  hijos dependientes, débiles, inseguros y enfermizos, incapaces de tomar sus propias decisiones. 

¿Cómo dejar de ser Wendy en mis relaciones interpersonales? 

Sin duda es reconociendo las actitudes que ya he compartido, para que pueda aceptar que tiene un problema con su forma de relacionarse y necesita modificar.

 Iniciar un proceso personal mediante acompañamiento psicológico, esto primeramente  para hacer una introspección de cuáles son los motivos que la han llevado a padecer este síndrome de Wendy, y tomar consciencia de sus reales temores,  las creencias que influyen ahora en su actuar.

 El autoconocimiento le permitirá adentrarse en su historia y darse cuenta de lo que  tiene que modificar, tiene que aprender a cuidar de sí misma y  ocuparse de cubrir sus necesidades, aprender a decir que NO sin sentir culpa y poner límites,  es necesario profundizar en las raíces de su apego afectivo y necesidad de controlar la vida de los demás.

 Porque para amar sanamente, necesitas SANARTE PRIMERO.

 ¿Quieres dejar de atraer a tu vida  hombres Peter Pan?

 ¡¡La vida siempre está llena de opciones!!  Ocúpate de tí  y esto será ya otra historia.

 

 

LDH. Sandy González Guzmán.

Terapeuta Desarrollo Humano

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