EL PODER DE LA MOTIVACIÓN

¿Qué te lleva a solicitar un empleo? ¿El dinero y solamente el dinero? Hay mucho más que el deseo (muy legítimo, por cierto) de ganar bien. El dinero es el vehículo para tener satisfechas muchas de nuestras necesidades y también para realizar gran parte de nuestros sueños; pero no lo es todo.

Desde el nacimiento de la teoría de Abraham Maslow, mejor conocida como la Pirámide de las Necesidades, muchos estudiosos del comportamiento humano se han dado a la tarea de descubrir qué motiva al ser humano.

Las teorías de contenido responden a la pregunta: ¿qué me motiva?, mientras que las teorías de proceso se preocupan por: ¿cómo te puedo motivar?; por lo tanto, en el primer caso debe existir un trabajo introspectivo que permita identificar los impulsores poderosos que llevan a la persona a la acción para conseguir eso a lo que le da tanto valor, y con ello, alcanzar su satisfacción.

Las organizaciones atienden a la segunda pregunta y por esa razón diseñan programas de estímulos y recompensas que empujen al colaborador a tener el comportamiento esperado y que, al mismo tiempo, se sienta premiado.

Habría que analizar cuál es el fundamento en cada uno de estos casos. Al pensar en lo que te motiva, debes explorar en el fondo de tu ser, checar tu escala de valores y determinar qué es lo verdaderamente importante en tu vida, por ejemplo, Mc.Clelland nos habla de que probablemente lo que más te llena es dirigir el destino de otros, ejercer tu liderazgo y ser influyente en tu círculo social; o tal vez lo que te hace sentirte más satisfecho es convivir con otras personas, participar en deportes de equipo, pertenecer a un club social o acudir a reuniones con amigos y con la familia, es decir, estar siempre rodeado de personas que te agradan. Una tercera posibilidad, según este autor, es tener logros individuales; como obtener un grado de estudios, alcanzar una promoción en la empresa donde trabajas, hacer un viaje por los lugares que más disfrutas, escribir un libro, en fin, cosas que dependen básicamente de ti.

Cuando alguien más piensa en cómo motivarte podría tomar varios caminos, como lo hacen muchas empresas: podría adoptar una postura conductista, lo que significa que si haces lo que te pide, te premia, pero si no lo haces, te castiga. Podría elegir el camino de las metas, porque si son ambiciosas y desafiantes, representarán un reto a tus competencias y eso suele mover a muchas personas. Una alternativa más es generarte expectativas; mientras más atractiva sea la expectativa, mayor valor le darás y el esfuerzo será constante.

David Fischman habla de la motivación 360° que sostiene que la motivación que más perdura en el tiempo es la intrínseca. Cuando notes que el sueldo atractivo es sólo uno de los factores que te hacen sentirte profundamente satisfecho y que habría que sumar otros, tales como llenarte de pasión por lo que haces, gozar de autonomía para la realización de tu trabajo, tener la posibilidad de estar siempre aprendiendo, encontrar la oportunidad de relacionarte positivamente con otras personas y contar con la certeza de tu eficacia como individuo, como experto en lo que haces, entonces, sabrás que has alcanzado un nivel de motivación a prueba de todo.

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