EL ENCARGO

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Saúl se habia levantado temprano esa mañana y se dirigió a abrir la cortina del pequeño negocio de reparación de suspensiones de su propiedad. A los pocos minutos, un flamante vehículo europeo se aparcó frente al modesto local, y de su interior bajó un hombre de unos 40 años y se dirigió al mostrador.- ¿El señor Saúl Valtierra?- A sus órdenes...- Traigo este sobre para usted...Saúl recibió un pequeño sobre amarillo, firmó de recibido y antes de que pudiera preguntar nada, el elegante mensajero se retiró sin dar mas detalles. En el interior del sobre encontró un cheque a su nombre, por una fuerte suma de dinero. Por mas que intentó hacer memoria, ni en sus mas locos sueños alguno de sus clientes podría deberle tanto, y temeroso de que aquel documento pudiera traerle consecuencias, meditó sobre el hecho y tomó una desición. En el cheque figuraba el nombre Gabriel Pereda, y en el sobre estaban impresos los datos de la empresa Comercializadora Pereda, S.A. de C.V. Marcó el teléfono y a los pocos segundos una amble voz femenina contestó del otro lado de la línea.- Comercializadora Pereda, le atiende Cristina, ¿en qué puedo servirle?- Si... este... señorita... hace un rato un mensajero vino a mi negocio.. me dejó un cheque... pero... yo no recuerdo tener tratos con su empresa. ¿Podría comunicarme con el Señor Gabriel Pereda?- El señor no se encuentra en este momento, pero quizá le sea de utilidad si lo comunico con Manuel, el asistente del licenciado Pereda.- Si... si me hiciera el favor...Los instantes que esperó le parecieron eternos. Escuchó descolgarse el telefono y por la bocina oyó a su interlocutor dando instrucciones que parecían detalles para un funeral.- Si, le atiende Manuel Alatorre...- Señor Alatorre, buenos dias... esta mañana al parecer uno de sus mensajeros me trajo equivocadamente un cheque. Viene a mi nombre, pero yo no recuerdo tener tratos con ustedes...- Es usted el señor... Saul Valtierra?- Asi es...- Mire, desconozco los motivos... pero esta mañana recibí instrucciones precisas de mi jefe de hacerle llegar a usted dos sobres, uno, por medio de un mensajero y al recibir la confirmación del primero, un segundo que aún tengo en mi poder...La situación se ponia mas tensa. A Saúl le parecia estar siendo objeto de una broma. Decidido, solicitó- ¿Podría hablar directamente con el señor Gabriel Pereda?- Es imposible en este momento. El señor Pereda se encuentra en el hospital... su padre está agonizando.Manuel le dió detalles acerca de la entrega del segundo sobre, mismo que Saúl esperaba con impaciencia, pensando que talvez en el encontraría la respuesta a este enredo. A la una menos cuarto, el mismo mensajero llegó con un nuevo sobre, blanco y mas grande que el anterior, y tras repetir el protocolo, Saúl lo abrió ansiosamente. En su interior, una fotografía y lo que parecía ser una extensa carta despejó las dudas del mecánico."Señor Valtierra:Quisiera dirigime a usted diciendo que es un gusto tener noticias suyas, pero me es imposible. El cheque que para este momento ya debe estar en su poder, no es otra cosa sino el cumplimiento de un encargo que he recibido de la persona que mas amo en el mundo; Considérelo el pago de una vieja deuda.Espero que la fotografía que adjunto a esta misiva le traiga a la mente ciertos recuerdos que le ayudaran a despejar sus dudas acerca de mi intención.No necesitó mirarla detenidamente. Era la foto de Marissa, su primer amor, la mujer que mas habia amado en la historia de su vida, y de quien se hubo alejado hacía mas de 30 años atrás. Con los ojos húmedos por los recuerdos, el hombre continuó leyendo.La relación que me une a esa hermosa mujer es una muy simple, ella era mi madre, a quien usted conoció muy bien. Sin embargo no ha sido ella quien me ha enviado a contactarle, dado que falleció apenas hace cosa de un año. La orden de liquidar esa deuda, la he recibido de mi padre, Jorge Pereda, a quien desgraciadamente estoy a punto de perder. Sé bien que es imposible el no encontrar intenciones ocultas en cuestiones como esta, pero talvez le sea de utilidad que le platique un poco de cómo es mi padre.El primer recuerdo que tengo es de su rostro, feliz y orgulloso, enseñandome a nadar en el agua de un lago. Era el hombre más ocupado del mundo, cómo no serlo cuando trabajaba dobles turnos para que a mi madre y a mi no nos faltara nada. Aún asi, todas las mañanas me despertaba antes de irse y tomaba cinco minutos para sentarme en sus piernas y abrazarme. No es que haya sido consentidor, por fuera era un hombre rudo y fuerte, pero cuando me abrazaba todo lo malo iba desapareciendo. Espantaba a los monstruos de abajo de la cama, tomaba mi mano, cuando había que llevarme al médico y éste tenía que hacer docenas de análisis para poder diagnosticarme. Talvez por eso, a pesar de ser tan joven, fué encaneciendo mas rápidamente. Recuerdo muy bien a mis padres tomados de la mano en el balcón de la casa, escuchando música y platicando largamente de lo que había sido su día mientras estuvieron separados.El siempre me hizo sentir su orgullo, ¡Cómo le brillaban los ojos cuando recibí mi certificado en el acto académico de la preparatoría! ¡Qué felíz se veía su rostro cuando, lleno de alegría, me dijo que había logrado ahorrar lo suficiente para mandarme a una de las mejores escuelas de economía de la región! A mi, al chico rebelde, al que habia que esperar en la puerta de la casa hasta altas horas de la madrugada, al que tuvo que ir a sacar de la delegación de policia porque lo detuvieron en una riña en via publica... A mi... Al jovencito, que desgraciadamente no llevaba su sangre.No quiero entrar en detalles de la manera en que supe que ese gran hombre, que era mi fuerza y mi ejemplo no era mi padre, que había entrado en la vida de mi madre una tarde cuando la encontró llorando en un parque público, conmigo en brazos después de que la hecharan de casa de mis abuelos. Sólo le diré que quise morir, y que cuando desperté en el hospital, lo primero que vi fueron los ojos llorosos de él y de mi madre... Él, tan rudo y tan fuerte, lloraba como un niño, pidiéndole a Dios que no se llevara a su hijo. En ese momento entendí que no importaba la combinación del ADN cuando había entre dos personas un amor tan grande y tan fuerte como entre mi padre y yo.Juntos, el y yo logramos establecer este negocio, juntos, con su experiencia y mi osadía, lo pusimos en los cuernos de la luna. Pero jamás se sintió más que nadie, su humildad y modestia son cosas que todos los dias me esfuerzo por aprender. Por eso, no me extraño nada lo sucedido aquella tarde, poco después de la muerte de mi madre, en que lo encontré sentado como siempre en el balcón de mi casa fumando un cigarrillo. Ese día me hablo de usted, y no le importaron mis protestas, porque debo decirle, que a mi no me importaba saber de usted ni una sola palabra.Me dijo que por terceras persona se habia enterado que su situación económica era muy precaria, que estaba a punto de perderlo todo... y que el, mi padre, se sentía obligado a retribuir aunque fuese con dinero toda la felicidad que usted le regaló al abandonarnos a mamá y a mi. Que no podia ver como terminaba arruinado el hombre al que le debía en parte tener su máximo orgullo en esta vida. Es por eso que se le entrega esa cantidad, que considero justa por el pago de sus servicios. Sin embargo, quiero dejarle en claro que mi padre se llama Jorge Pereda... y que con la entrega de este cheque termina para mi cualquier responsabilidad con usted. Y que más que por mi, lo hago por mi padre, por cumplir lo que talvez sea uno de sus último deseos.Ahí terminaba la carta, sin mas palabras. Saúl quiso verlo, averiguó el lugar al que habían llevado el cadaver de Jorge y se dispuso a presentarse. Discretamente se paró en la puerta del velatorio, y ya no pudo dar un paso mas hacia adentro. Adentro, abrazado de un féretro de madera, un individuo como de 30 años, alto y delgado, vestido con un fino traje, sollozaba como un chiquillo mientras que con la voz mas dolorosa de que tuviera memoria repetía:- Papá... no me dejes.. ¡Papá!...Saúl dio vuelta sobre sus pasos, y se alejó...
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Comentarios

  • Hola Ana. Gracias por compartir. Estoy pasando por una situaciòn parecida con mi hermosa nietecita que es mi felicidad. Ella llegò en un momento inesperado y aunque su padre un joven totalmente inmaduro por su edad y falta quizà de una orientaciòn apropiada no la aceptò desde el momento que supo que iba a ser padre, ahora puedo decir que le agradezco haber tomado parte para que yo pudiera recibir la dicha de ver crecer a mi pequeñita. Ahora ella tiene un padre no biològico al que quizà en un futuro pueda valorar y agradecer porque se està entregado a ella como el Sr. Jorge Pereda.

    Un abrazo.
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