EL EMPRENDIMIENTO FEMENINO Y LA AUTONOMÍA ECONÓMICA

Hola, soy Ariana Olvera, me estoy estrenando en Retos Femeninos y quiero presentarme con ustedes. Soy economista, mentora, emprendedora y con mi trabajo diario deseo contribuir con el desarrollo de las mujeres de mi país.

Hace tres meses y medio decidí orientar mi proyecto personal como consultora al apoyo a la mujer con el objetivo de procurar su autonomía en diferentes planos, económico, en la toma de decisiones sobre su propio desarrollo y en el plano físico.

Este interés y enfoque, nace a partir de mi contacto con otras mujeres con necesidades específicas en diversas áreas, sobre todo en desarrollo humano (emocional) y económica. Quiero contribuir con su desarrollo integral, partiendo de la premisa que el verdadero poder está en su ser, en el compromiso con ellas mismas, en su valor personal. Estoy convencida que si su actitud ante la vida cambia, si es positiva y si se enfocan en su crecimiento, vivirán plenamente.

Una de las principales actividades que realizo para promover la autonomía económica, son mentorías personalizadas. Las mujeres emprenden por necesidad y no por oportunidad, en la generalidad de los casos. La mujer que decide emprender un negocio se enfrenta a situaciones que normalmente le desfavorecen y esto dificulta que puedan salir de los ciclos de bajos ingresos. De acuerdo a indicadores reportados por la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), las mujeres continúan dedicando más tiempo al trabajo no remunerado con respecto a los hombres. De ahí que el uso del tiempo y cómo generar ingresos por cuenta propia son indicadores claves para que las mujeres sean autónomas económicamente.

Si bien, el sector de las MIPYMES (Micro, Pequeñas y Medianas Empresas) son un motor importante en México, generan alrededor de la mitad del PIB (Producto Interno Bruto) en el país y cerca del 70% de los empleos formales; es necesario cambiar la mentalidad de emprendimiento por necesidad a oportunidad. Las mujeres son la base de la pirámide empresarial, en el sector de las microempresas; sin embargo, se enfrentan a diversos problemas tales como el acceso al financiamiento, servicios de desarrollo de negocios, formalización fiscal y jurídica, acceso a mercados y cadenas de valor; y empoderamiento.

Todas estas problemáticas apuntan a la necesidad de que tanto en el sector público y privado se implemente la transversalización de género, que tiene como principio la igualdad de género, en el diseño, implementación, seguimiento y evaluación de leyes, políticas, programas o proyectos.

Solamente así podremos acercar las herramientas a las mujeres para que logren profesionalizarse como emprendedoras o microempresarias, para que accedan a los servicios de desarrollo de negocios y a la información y datos de sus mercados.  

Sin duda, el tema de género y de emprendimiento es apasionante, me gustaría continuarlo en una siguiente aportación con el “Modelo de Intervención para el Desarrollo Empresarial de las Mujeres” establecido por la OIT (Organización Internacional del Trabajo). Hablaré sobre el empoderamiento femenino y cómo ser líder de nuestro propio aprendizaje.

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