Internet es una fuente inagotable de contenidos y, por ello, la educación digital tiene la mayor importancia al menos por los siguiente aspectos:
- La elección de contenidos informativos y su difusión. De acuerdo con varios reportes de los colosos de la información, Google y Facebook, se ha multiplicado de manera exponencial el fenómeno de las fakes news o falsas noticias, de lo que hemos hablado en entregas anteriores, lo que no sólo deteriora el intercambio público sino que hace que los ciudadanos elijan sobre premisas falsas. En el proceso electoral de EU, más de 100 millones de personas estuvieron expuestas a contenidos mentirosos promovidos con toda intención. Por ello, y pensando en las elecciones de 2018 en México, es de vital importancia que los usuarios identifiquemos las fuentes y el contexto en el que se da la información junto con otros mecanismos de verificación como acudir a otras plataformas de comunicación.
- Esos contenidos maliciosos no se circunscriben a las noticias, digamos, de corte político, se encuentran difuminadas en diferentes esferas temáticas. Por ejemplo en Italia, la difusión en las redes acerca de que las vacunas no son necesarias ya que son un invento de las grandes farmacéuticas hizo crecer exponencialmente casos de sarampión porque miles de usuarios lo creyeron, lo cual no sólo nos indica el grado de analfabetismo que hay en cada país sino que nos remite a la necesidad de acudir a fuentes confiables, en este caso instituciones de salud.
- La exposición de los niños a contenidos maliciosos de diverso orden, entre los que resaltan actos criminales como la pedofilia o la apropiación de imágenes. En este entorno es de vital importancia la comunicación en la familia sobre la existencia de ese fenómeno y los cuidados que niños y adolescentes deben tener cuando navegan en la red, además de emplear todos los seguros que ofrecen los buscadores digitales así como las restricciones de las redes (en Facebook por ejemplo, no tienen acceso personas que no han cumplido la mayoría de edad). Junto con todo ello, estoy segura de que los padres de familia deben supervisar la actividad de los niños en la red, y ello implica no sólo revisar lo que consumen sino estar al tanto de los correos electrónicos que reciben, ya que buena parte de los sitios de juegos consideran la existencia de un correo para el usuario.
- El derecho a la privacidad de los datos personales se encuentra cada vez más establecido desde que en Alemania, hace cerca de cuatro años, hubo el enorme reclamo a los grandes consorcios de la comunicación para que ofrecieran mayor seguridad en el empleo de éstos, y cada vez más las redes sociales y los buscadores emprenden medidas para tal efecto. No obstante, parte de la educación digital implica que los usuarios no facilitemos nuestros datos si no estamos seguros de la probidad de sus destinatarios porque estos datos llegan a usarse de diferente manera.
-El derecho a la imagen, que también es una de las vertientes contemporáneas en relación con los derechos del individuo, implica el uso responsable en la colocación de las imágenes y videos a cualquier tipo de plataforma digital. Por citar sólo un caso de los más preocupantes, el fenómeno de la pornovenganza es de los más asiduos y por ello en algunos países ya se encuentra penalizado por las leyes (en México ahora se está discutiendo en el Senado una iniciativa con esa expectativa).
En suma: la educación digital implica una gestión personal y social. En el primer caso para no estar a expensas de la información falsa o de ilícitos que invadan nuestra vida privada, y en el segundo caso para alertar sistemáticamente sobre el uso pernicioso que las grandes colosos de la información pueden hacer con nuestros datos personales.
El mundo digital llegó para quedarse y es necesario tener actitudes claras para navegar en él. La educación digital para mujeres, hombres, niños, adolescentes es de vital importancia, y
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