DIEZ MANDAMIENTOS PARA SER BUENOS PADRES.

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Todos los padres amamos a nuestros hijos y queremos educarlos lo mejor posible.   Sin embargo, no nacemos sabiendo como hacerlo, por lo que siempre hay que seguir aprendiendo y ante todo aplicarlo a la vida diaria.

Comparto contigo diez puntos o mandamientos:

  1. Demuéstrales tu cariño: ya hemos comentado que como padres amamos a nuestros hijos, ¿se lo demuestras cada día?  ¿les dices que ellos son lo más importante que tienen?  No es suficiente con atender cada una de sus necesidades, las muestras de cariño son imprescindibles. Está demostrado que los padres que no escatiman besos y caricias tienen hijos más felices que se muestran cariñosos con los demás y son más pacientes con sus compañeros de juegos.
  2. Mantén un buen clima familiar: para los niños, sus padres son puntos de referencia que les proporciona seguridad y confianza. Es mejor evitar discusiones en su presencia, pero cuando sean inevitables, explicarles en la medida que puedan comprenderlo, qué es lo que sucede.
  3. Educa en la confianza y diálogo: para que se sientan queridos y respetados, es muy importante fomentar el diálogo: adecuado a su edad, con actitud abierta y conciliadora, nada de amenazas y sólo prometer aquello que vamos a cumplir.
  4. Debes predicar con el ejemplo: existen muchos modos de decirles a nuestros hijos lo que deben o no deben hacer, pero, sin duda, ninguno tan eficaz como poner en práctica aquello que se predica. Ellos nos observan constantemente y “toman nota”, imitan los comportamientos de sus mayores, tanto los positivos como los negativos, por eso, delante de ellos, hay que poner especial cuidado en lo que se dice y cómo se dice.
  5. Comparte con ellos el máximo de tiempo: hablar con ellos, contestar sus preguntas, enseñarles cosas nuevas, contarles cuentos, compartir sus juegos…es una excelente manera de acercarse a nuestros hijos y ayudarles a desarrollar sus capacidades. A ellos les da seguridad saber que siempre pueden contar con nosotros.  Si a diario queda poco tiempo disponible, habrá que aprovechar al máximo los fines de semana.
  6. Acepta a tu hijo tal y como es: cada hijo posee una personalidad propia que hay que aprender a respetar. Cada uno debe ser aceptado y querido tal y como es, sin tratar de cambiar sus aptitudes, nuestros deseos no tienen por qué coincidir con sus preferencias.
  7. Enséñale a valorar y respetar lo que le rodea: un niño es lo suficientemente inteligente como para asimilar a la perfección los hábitos que le enseñan sus padres. No es necesario mantener un ambiente de disciplina exagerada, sino una buena dosis de constancia y naturalidad.     Que aprendan a respetar desde lo pequeño que les rodea hasta lo más importante.
  8. Los castigos no le sirven de nada a los niños: los niños suelen recordar muy bien los castigos, pero olvidan que hicieron para merecerlos. Aunque estas pequeñas penalizaciones estén adecuadas a su edad, si se convierten en técnica educativa habitual, nuestros hijos se acostumbrarán a ellos.
  9. Prohíbele menos, elógialo más: para un niño es tremendamente estimulante saber que sus padres son conscientes de sus progresos y que además se sienten orgullosos de él. No hay que escatimar piropos cuando el caso lo requiera, decirle que lo está haciendo muy bien u que siga por ese camino.    Los resultados serán mucho mejores.
  10. No pierdas nunca la paciencia: difícil, pero no imposible. Por más que parezcan estar desafiándote con sus gestos, sus palabras o sus negativas, nuestro objetivo como padres ha de ser no perder jamás los estribos.    Al perder la paciencia, el daño que podemos hacerles es muy grande.

Al igual que sucede con los adultos, los niños están muy interesados en conocer su nivel de competencia personal, y una descalificación que provenga de los mayores echa por tierra su autoconfianza.  Contar hasta diez…salir de la habitación…cualquier técnica es válida antes de reaccionar con agresividad ante sus actitudes.  

Diez mandamientos para ser buenos padres:  demuéstrales tu cariño,  mantén un buen clima familiar,  educa en la confianza y el diálogo,  predicar con el ejemplo, comparte con ellos el máximo de tiempo,  acepta a cada uno de tus hijos tal y como es,  enséñale a valorar y respetar lo que le rodea,  los castigos no sirven,  prohíbele menos y elógialo más y recuerda: no pierdas nunca la paciencia. 

 

Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer. cervantes.lucia@gmail.com www.lucialegorreta.com.   Facebook:  Lucia Legorreta

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