De azul subido

Todos los partidos políticos, en mayor o en menor medida, tienen conflictos y divisiones internas. Y la mayoría, si no es que todos, cuentan también con integrantes indeseables e impresentables que les acarrean desprestigio.

Ahí están los casos de Guillermo Padrés en el PAN y Javier Duarte en el PRI. Las ilegalidades y trapacerías que cometieron ambos individuos cuando fueron gobernadores –de Sonora y Veracruz, respectivamente– han significado perjuicios de alcance nacional para sus partidos.

Pero lo curioso es que el PAN no parece estar preocupado por tener entre sus filas a personajes como Padrés. Da la impresión, más bien, de que este instituto político está entretenido en dirimir sus pleitos internos en la búsqueda de la Presidencia de la República.

Así, tanto quienes apoyan a Margarita Zavala como los partidarios de Rafael Moreno Valle cuestionan al dirigente del partido, Ricardo Anaya. Lo acusan de aprovechar su cargo para favorecer su propia campaña, además de que le recuerdan que no puede ser juez y parte en el proceso ya abierto en la carrera para elegir al candidato panista en la justa presidencial. Hasta el expresidente Felipe Calderón –quien, claro, no es imparcial en este debate– pidió la renuncia de Anaya, a quien culpa de poner en riesgo la unidad del partido.

Queda claro que los contendientes y sus apoyadores batallarán contra Anaya, bien sea que quede o no al frente de su partido, pues si decide ser candidato presidencial se convertirá en el enemigo a vencer y si permanece como dirigente –lo que al parecer ocurrirá– lo acotarán desde dentro, cuestionando en cada una de sus decisiones.

El caso es que, aunque ya salieron también los defensores del joven abogado queretano, él no debe tardar en fijar su posición, debido a que si se unen más los grupos en torno a Zavala y Moreno Valle terminarán por anularlo en su gestión actual. Prueba de ello fue la reciente inasistencia a la convocatoria del CEN panista para discutir el asunto en cuestión.

Se prevé que en los días por venir continúe el fuego interno. En tanto, otras fuerzas políticas aprovecharán para ganar más espacios y reposicionamientos frente a ese partido, sobre todo porque no se descarta que pudiera ser el vencedor en 2018, a la luz de los resultados de las elecciones locales del presente año.

A esta situación, que de por sí genera considerables tensiones, se agregó el tema de la segunda vuelta electoral, que contribuye a acrecentar la polémica, el conflicto y las divisiones.

Falta saber en qué derivará el caso de Padrés, donde también hay intereses cruzados. Por lo pronto, como se preveía, el exgobernador no se presentó a comparecer hace unos días ante Comisión Anticorrupción del Partido Acción Nacional, pues continúa prófugo de la justicia. Asimismo, habrá que ver los resultados de las encuestas que por el momento ponen a Margarita Zavala por arriba de Anaya y de Moreno Valle en las preferencias de los potenciales electores panistas.

En fin, que por ahora el azul panista subió de tono, pero, eso sí, si el conflicto se prolonga demasiado, el azul intenso podría empezar a decolorarse.

 

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