Con mi letra alegre, te escribo en mi silencio sepulcral, donde nadie me escucha, donde nada me sabe, donde mis lágrimas ya no necesitan secarse…
Un día pretendí escribir yendo en una calle cualquiera, un camino al aeropuerto, donde mi corazón se llenó de ti, de mi inmensa nostalgia, la calle igual, el mismo semáforo, la misma esquina donde dar la vuelta, la misma salida de llegadas nacionales, no pudo evitar mi mente decirle al corazón dejara de pensarte, en esas llegadas, donde te pegabas a mi pecho y escuchaba con amor tu al fin negra, al fin, este es mi lugar…
Hoy que día es? Uno más sin ti, lleno de ti por mí por mis viejas fotos, mis nuestras viejas canciones, en medio del mar, en la primera foto de tu mirada aquella, de tu paliacate azul, de mis días sin ti, de más de un año, de más de una noche, donde queriendo engañar a mi corazón le he dicho que no te ama, no se puede amar a tanto dolor, a tanto desprecio, a tantas duras palabras, a tantas verdades, a tanta vida muriendo, queriendo matarte, a recurrir a Sabines, a no morir de amor y morir de ambos en género femenino.
Hoy te amo, muy a mi pesar, muy a mi dolor, muy en mi silencio, muy en tu ignorancia de saberlo, en tu indiferencia y desamor donde está mi tumba, el epitafio que pusiste, donde te escribieron con dudas mi lápida, solo espero como siempre el milagro de Dios, del amor, de mi muerte, para que al fin mueras conmigo, en el último suspiro.
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