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Las crisis son el enlace de una serie de cambios en cualquier aspecto de una realidad ya organizada pero inestable, por lo regular es sujeta a evolución, los cambios críticos, aunque previsibles, tienen siempre algún grado de incertidumbre, si los cambios son profundos, súbitos y violentos, pero sobre todo traen consecuencias trascendentales, van más allá de una crisis y se pueden denominar revolución.

Las crisis pueden designar un cambio traumático en la vida o salud de una persona o una situación social inestable y peligrosa en lo político, económico, familiar, social, etc. También puede ser la definición de un hecho o cambio abrupto. De una manera menos propia son las emergencias o las épocas de dificultades. Cada día enfrentamos crisis, Las crisis son inevitables, la vida en si  tiene muchas crisis, sólo recordemos que cuando Dios inició la creación, en la tierra había un caos, esto es igual a crisis. Para que haya orden se hace necesario el desorden. Para sobrevivir a las crisis y tener éxito, cualquier persona  tendrá que convertirse en un agente de cambio y el modo más eficaz de representar el cambio con éxito es CREARLO.

En estos tiempos que nos ha tocado vivir para superar la crisis  necesitamos desarrollar:

• flexibilidad,
•  Resiliencia,
•  Cambio y
• Actitud

Lo que debemos hacer sin titubear es reconocer nuestros talentos y usarlos en el lugar y momento adecuado. ¿Sabes cuáles son tus talentos? ¿Los usas o lo atesoras? ¿Qué harías si no tuvieras miedo a usarlos? Deja las EXCUSAS y TEMORES y ACCIONA, CRECE DE TUS CRISIS y no olvides tener presente…

1. No hay crisis eternas, siempre terminan.
2. Cada crisis tiene un /a protagonista capaz de superarla.
3. Las crisis no son problemas, sino respuesta a tus problemas.

Lo difícil de la vida no son en sí las dificultades, sino como las manejamos, hacia qué actitud derivamos nuestra atención. Si no miramos lo que está más allá de lo que nos angustia, no creceremos y menos llegaremos a nuevos niveles espirituales que tanta falta nos hacen.

La vida misma nos enseña que detrás de cada noche hay un amanecer resplandeciente. Después de la tormenta viene la calma, viene la paz, después del dolor viene la quietud y la tranquilidad, después de la tristeza extrema  y tanto llanto, viene la imperiosa necesidad de descansar los músculos faciales  y esbozar la mejor de las sonrisas.  A eso es a lo que yo llamaría la oportunidad de “crecer por las crisis”.

Una vez más en mi vida reconozco que las crisis nos hacen crecer, nos hacen vibrar, nos hacen valorar y reconsiderar que lo andado ha valido la pena, si hoy hablara sobre las crisis diría que tarde o temprano se convierten en el mejor de los regalos, pues como dicen las sabias abuelitas “Lo que no te mata te hace más fuerte”, así que sin temor a equivocarme bien podría ser el lado femenino de Popeye, así que ha comer de las espinacas de la vida para superar lo la vida y Dios nos va poniendo en el camino.

Dios mande las crisis necesarias para crezcas cada día más y  que no te Bendiga con lo que QUIERES  sino con lo que NECESITAS.

Hasta el próximo martes.