¿CONVIENE RELACIONARSE CON UN DIVORCIADO?

Todavía hace algunos años era muy mal visto que alguien se casara con una persona divorciada. Aparte de las creencias religiosas que indican que los casados siguen siendo esposos para siempre ante Dios aunque ya no vivan juntos o tengan otra pareja, los juicios de esas personas los llevaban a asumir que las mujeres divorciadas eran personas con escasa moral o principios y que habían fracasado al no saber luchar por su matrimonio, retener a su marido o aguantarse por sus hijos. Los hombres divorciados eran considerados mañosos, demasiado vividos y sin la capacidad de ofrecer a la mujer una relación estable como Dios manda.

Es evidente que los tiempos han cambiado y que el cada vez mayor número de divorciados generalmente desean volver a formar pareja. Pero, ¿cuáles son los peligros o inconvenientes reales (no los basados en prejuicios) de este tipo de relaciones? Depende de en qué etapa se encuentren y qué tipo de persona sean, no nada más de su estado civil.

Si un candidato que tengas contemplado te conviene como futura pareja, también si estás involucrado con personas divorciadas, si alguno de tus hijos tiene una relación de ese tipo o si eres tú quien está pasando o ya pasó por el proceso de divorcio y deseas conocerte mejor.

HOMBRES DIVORCIADOS:

Etapa 1

Es aquel que todavía está involucrado en el proceso de divorcio emocional o legal. Tal vez ya esté separado de su esposa, pero todavía se encuentra en el estira y afloja del final de una relación, donde los cónyuges que no saben manejar estas situaciones se vuelven enemigos. El caballero en cuestión está en plena crisis emocional, a veces influenciado contra su mujer, a veces con sentimientos de culpa, en ocasiones triste y deprimido porque no puede ver a los hijos, en otras ambivalente (vuelve con la esposa pero nuevamente se separa). Además, pudiera estar muy presionado por la economía (pensión alimenticia, gastos del divorcio, alquiler de una nueva vivienda, etc.) lo cual, además de causarle preocupaciones, le impide compartir su dinero contigo en salidas, paseos, comidas, etc. Si tienes espíritu rescatador, tú acabarás pagando las cuentas o inclusive prestándole dinero para salir de sus problemas.

Si te involucras con él en esta etapa, acabarás convirtiéndote en su psicóloga, su mamá, su cocinera, su salvadora, etc. Aunque sientas cierta satisfacción de que él te necesita y se refugia en ti porque eres muy diferente en comparación a la malvada de su mujer, lo valoras y lo comprendes, en estas relaciones recibes muy poco. Tus problemas, deseos y necesidades pasan a segundo término, lo prioritario son los problemas de él.

Esta situación es a la vez intensa y desgastante, con la falsa satisfacción de sentirte importante y especial. Podrás argumentar que es algo temporal y una vez que él lo supere tendrán una relación perfecta. Sin embargo, lo más probable es que te equivoques y que le tome mucho tiempo recuperarse. Además nada te garantiza que una vez que se sienta mejor y que desaparezca el tema que más los unía (los problemas relacionados con su divorcio), ustedes tengan la afinidad necesaria para lograr una relación armónica y satisfactoria o que los sentimientos de él hacia ti no se enfríen. También puede suceder que después de haberte jurado que ya no soportaba más la situación en su casa y que había dejado de amar a su esposa, pese a la enorme paciencia, apoyo, comprensión y solidaridad que le demostraste para superar la crisis, de pronto te salga con que regresa a su hogar con cualquier pretexto (los hijos, su esposa está enferma y no puede lastimarla, sus padres lo presionan, etc.)

 

Etapa 2

Tú entras en escena cuando el hombre aparentemente superó su proceso de divorcio. Vive solo, no le duele tanto pagar pensión, se acostumbró a ver a los hijos cada quince días y ya cuenta con un acta de divorcio. Esto no implica que todo está bien, porque no puedes estar segura de cómo procesó emocionalmente su divorcio (qué conclusión sacó de la experiencia). Tal vez se quedó con la impresión de que las mujeres son exigentes y explotadoras, que el matrimonio implica demasiada responsabilidad o, peor aún, que esté fascinado disfrutando nuevamente de su libertad y que lo que realmente desee es pasársela bien con una o varias mujeres (entre ellas tú), pero sin compromiso.

Lo que te puede enganchar a un hombre que se encuentra en esta etapa, es que suelen ser encantadores, simpáticos y divertidos, te llevan a buenos lugares, disfrutas enormemente el sexo con él (todo un ritual de seducción excitante), se comporta como el clásico hombre de mucho mundo que te divierte, te pasea y te genera emociones intensas, pero que brinca cuando insinúas que deseas una relación más formal o cuando te encelas y le reclamas al darte cuenta que no eres la única que goza de sus favores.

Si estás dispuesta a disfrutar lo que te ofrece sin tener expectativas o involucrar tus sentimientos, no corres peligro. Pero si lo que intentas es que forme una pareja estable contigo, terminarás muy desilusionada.

 

Etapa 3

Este hombre ya pasó por las dos primeras etapas, o la segunda no le fue necesaria, probablemente haya tomado terapia, cursos y talleres de superación personal, no habla mal de su ex-esposa, su vida está bien organizada, no se siente abrumado por las culpas ni permite chantajes de la que fue su mujer. Habla con congruencia y madurez, tiene muy claro lo que desea y puede ofrecer en una relación de pareja, más encaminada a una interacción amorosa entre iguales, sin codependencias ni conductas destructivas.

Es evidente que son pocos los que entran en esta categoría, pero cuando se encuentran pueden ser excelentes maridos porque ya tienen madurez y experiencia, aprendieron de sus errores en la primer relación sin quedar amargados o resentidos, ya se cansaron de la fase de la fiesta y las salidas intrascendentes por lo que su prioridad es buscar una compañera con la cual compartir el resto de sus vidas. Si alguien así se interesa en ti, no lo descartes automáticamente por los prejuicios que te genere el que esté divorciado. Más bien fíjate en sus cualidades personales, su manera de pensar y su trato hacia ti. Puede convertirse en un magnífico marido que no le pide nada a los solteros. Obviamente, es necesario que tú también te encuentres en un nivel de madurez similar al suyo, habiendo trabajado en tus problemas personales para que no contaminen la relación. Esto no tiene nada que ver con las edades de ambos o con sus estados civiles.

 

MUJERES DIVORCIADAS.

 

ETAPA 1

Aplica lo mismo que en el caso de los hombres. Lo que necesitan es una buena terapia y no un súper héroe que venga a rescatarlas. Es bien sabido que un clavo no saca a otro clavo y que se requiere un tiempo de soledad para hacer duelo, asimilar una ruptura y salir adelante sola, con o sin hijos, eliminando las dependencias que pudo haber tenido con su ex-marido. Si eres varón y te interesa una mujer así, date cuenta que en este momento lo que necesita es un buen psicólogo y no una pareja.

 

ETAPA 2

Algunas divorciadas caen también en la etapa de la fiesta, sobre todo si se casaron muy jóvenes, tuvieron un marido controlador o se vieron forzadas al matrimonio por un embarazo no deseado. Otras, por el contrario, quedaron muy dañadas en la relación y se llenan de miedo o desconfianza, inclusive de cierto rencor hacia los hombres y prefieren alejarse de ellos. Además de los conflictos internos no resueltos, están demasiado agobiadas sacando a los hijos adelante, trabajando y resolviendo su situación económica.

Si deseas una aventura ocasional y sin mayor compromiso, tal vez te pudieran convenir si ellas están en la etapa de la fiesta. Pero si todavía no terminan de ajustarse a su nueva vida o están decepcionadas de los hombres, lo mejor es que no te involucres.

ETAPA 3

Mujeres divorciadas que ya asimilaron la experiencia, que inclusive aprendieron a vivir solas sin el apoyo de una pareja, que se esforzaron por superarse en todos los aspectos, que están buscando un verdadero compañero y no sólo a alguien que las mantenga o sea un padre sustituto para sus hijos.

Alguien así por supuesto es una muy buena opción, más aún si tú como hombre también estás en esa misma fase y deseas algo a largo plazo. Solamente tendrás que ver si coinciden sus metas de vida y la manera en que manejarán la convivencia con los hijos de cada uno.

 

 

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Comentarios

  • Estoy de acuerdo estoy en la etapa tres, pero mi pretenso creo que se encuentra en la dos que horror,  yo me encuentro algo en la dos porque mi independencia me encanta y por el momento no quiero vivir y comprometerme con nadie formalmente me gustaria algo informal con mi pretenso, pero aún no lo he cuestionado a él ups

  • PERDON MI CORREO ES hilda_garciamtz69@hotmail.com

  • HOLA OLGA YO TENGO UNA RELACION EN LA CUAL EL NUNCA SE CASO PERO ME DICE QUE HACE AÑO Y MEDIO TERMINO SU SEGUNDA RELACION,EN LA PRIMERA TUVO 2 HIJOS Y EN LA 2a. TIENE UNO DE ESTA ULTIMA TERMINO PORQUE ELLA LO ENGAÑO,YO SOY VIUDA  VOY A CUMPLIR 43 AÑOS Y EL ES DE LA MISMA EDAD,EL ES ATENTO ME HA APOYADO ECONOMICAMENTE PERO LO QUE NO ME GUSTA ES QUE YO CREO QUE SU FAMILIA NO SABE DE ESTA RELACION YO YA LO PRESENTE CON LA MIA, QUE ME ACONSEJAS, ME SIENTO CONFUNDIDA, POR FAVOR DAME TU OPINION.GRACIAS

  • Me quedaría con uno en etapa 3 pero aún me la pensaría pues tendría que saber el motivo de su divorcio y obvio sin mentiras pues es la base de una relación, gracias

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