Con tinta rosa Más que visibles

Si nos vamos un poco a la historia en una declaración que hizo el pensador Sócrates, cuando le preguntan: “Maestro, ¿qué nos puede decir acerca de su obra?”, a lo cual contesta: “Mi última obra es tan sencilla de leer y digerir que hasta una mujer puede comprenderla”.

Pero no vamos a sacrificar a Sócrates, le daremos el beneficio de la duda y creer que hizo referencia a que somos igual de inteligentes y capaces como los hombres, que podemos comprender y proponer con iniciativa.

Para avanzar en el cumplimiento de los derechos humanos reconocidos a nivel mundial es fundamental que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades de participación en cualquier ámbito para el desarrollo humano.

En nuestra constitución se establece en el artículo 4to que “el hombre y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo de la familia”.

Claro, es un gran reto para dar paso a mecanismos efectivos en la búsqueda de garantizar la igualdad, promoviendo la equidad de género.

Desde este punto de vista y de nuestra percepción el impacto que genera esta serie de consideraciones, dentro de un marco globalizado, tiene como primicia fomentar las oportunidades de difusiones culturales que permitan la formación y eliminación de las barreras que forman parte del sistema de organización en la defensa de los derechos y responsabilidades en los cambios democráticos en nuestro país.

Se plantea un punto de coincidencia como ciudadana preocupada con visión madura por la situación de discriminación que en pleno siglo XXI se sigue presentando, en el ámbito de salud y de oportunidades laborales en las regiones más vulnerables.

Esta manifestación de ideas tiene la finalidad de exhortar a la ciudadanía con la presencia de la mujer en igualdad de condiciones congruentes con lo que establece la ley y lo que en realidad se hace, para que nuestra sociedad se consolide con ciudadanas con derechos plenos, con ciudadanos que los respeten, los promuevan de una manera responsable y comprometida.

He reafirmado la importancia sobre el rol que desempeña la mujer en la sociedad, como madres, jefas de familia, esposas, amas de casa, obreras, campesinas, mujeres estudiantes y profesionistas, dejando claro que se puede salir adelante a pesar de las adversidades.

En ese sentido y con el fin de fomentar la no discriminación y la equidad de oportunidades para lograr la equidad de género, debemos tomar en cuenta que vivimos en un mundo globalizado, los avances científicos, tecnológicos, la economía y donde los servicios educativos son la prioridad tenemos que contar con renovación permanente en nuestra sociedad compleja y de constantes cambios para dar paso abrir oportunidades laborales.

Se preguntará, querido lector, ¿estamos de moda las mujeres hoy en día? No es que estemos de moda, no son una casualidad las oportunidades del presente, es fruto de movimientos de lucha que actualmente se cristalizan.

De esos fueron en el siglo XX donde tomó forma el feminismo sufragista que, en su lucha por el acceso a la educación, la participación política y el derecho al voto, no sólo mostró la capacidad de movilización de cientos de mujeres, sino que irrumpió en espacios que antes habían pertenecido exclusivamente a los varones.

Además introdujeron a la esfera pública debates que han sido un precedente indispensable para el desarrollo de políticas de género. Estas mujeres reivindicaban su derecho a salir al espacio público, participando en la educación y en la vida política de su país.

Un paso muy importante fue de las feministas de los años 70, pero tuvieron primero que dar una lucha para que el asunto de la violencia saliera del silencio de la “vida privada” y comenzara a considerarse como un problema de interés público. 

El papel de los movimientos feministas ha sido pieza fundamental para que se logren acertadamente distintos cambios, en este proceso uno de los principales logros a la fecha es apropiar el siguiente concepto, empoderamiento de las mujeres donde podamos traspasar cualquier situación de presión, desigualdad, discriminación, explotación o exclusión a un estado de conciencia, con autodeterminación y autonomía, el cual se manifiesta en el ejercicio del poder democrático que emana del goce pleno de sus derechos y libertades. 

De ahí se aplauden los esfuerzos que se han llevado a cabo, sin embargo han quedado cortos, no alcanzan a llegar a todos los rincones de nuestro estado y se tiene que trabajar con la prevención desde la niñez en cuestiones de valores bien respaldados.

La discriminación hacia la mujer se alimenta de la desinformación, del miedo, no hay que quedarnos estáticos, ni apáticos, con lo anterior; no significa que hay superioridad entre hombres y mujeres, simplemente se plasman los movimientos de lucha en igualdad de oportunidades, en educación y salud.

La experiencia demuestra que no es que cuando la mujer entra a los ámbitos mencionados todo cambia, sino que cuando entra los transforma, con la intuición y sensibilidad que nos caracteriza, de ahí que su participación sea impostergable e incondicional. 

Es importante porque va marcando la pauta en cuestión de redes para llegar a todos los rincones y el acceso de información, implica tomar en cuenta la perspectiva al diálogo con palabra y escucha, es relevante porque podemos llegar hacia un camino directo y obtener herramientas para minimizar las prácticas discriminatorias. 

Si bien ha aumentado, la participación en todos los ámbitos de la sociedad implica una gran responsabilidad y, si ya se están presentando oportunidades, hay que enfrentar retos, afrontarlos con entereza y constancia, por el simple hecho de que somos capaces de hacerlo.

Debemos velar por el cumplimiento del diseño de estrategias propuestas por organismos internacionales para poder adecuarlas a la realidad por parte de los tres niveles de Gobierno en nuestro país. 

Donde se cree el mecanismo de información, donde se participe nuestro género en la prevención de salud, donde se brinden oportunidades laborales para el desarrollo social dentro del área rural e indigenista que son el sector mas vulnerables, con la finalidad de darles bienestar familiar y social con un desarrollo sustentable hacia sus comunidades.

No hay que perder de vista que tenemos una misión, aportar lo que nos corresponde desde nuestro quehacer, y  contribuir para el logro del objetivo. Hay que ser insistentes mujeres, y recordar que los derechos, se garantizan, no se condicionan; debemos demostrarlo, hay que mantenerse con voz y actos firmes e invitar a la integración de todas y todos, se lo debemos a los años lucha de nuestras antecesoras.

Podemos continuar trabajando por el presente y futuro de nuestra nación, porque estamos seguras; y si aún impera duda de la participación invaluable de las mujeres, se aclara: somos capaces de administrar un hogar, de gobernar un estado, y en un futuro no muy lejano porque no de nuestro país.

Y si tuviera la oportunidad de responderle a Sócrates, le dijera, recuerde que usted llegó a este mundo gracias a una MUJER. Chiokore (gracias en lengua yaqui).

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