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Como tú quieras…
La escena comienza de la siguiente manera. Es un apacible sábado al medio día. Estas con tu pareja haciendo las compras del supermercado, pasean por el pasillo de cereales mientras él (aburridamente) lleva el carrito del súper mientras revisa su celular al mismo tiempo.

―Oye mi amor, Mario y otros compañeros de la Universidad se van a reunir en un bar esta noche para tomar unos tragos, yo creo que voy a ir a saludarlos ―.

Nunca te ha caído bien su amigo Mario, lo consideras indecente, desleal, mujeriego y alcohólico. Sin embargo, te das cuenta que tu hombre se ve entusiasmado de ir y que realmente le caería bien el reencuentro. ―Ah…y también va a ir Leslie y otras compañeras que no veo hace mucho ―agrega de forma distraída y casual, como si mencionar el reencuentro con una ex novia fuera igual de irrelevante que pedir un kilo de jitomates. En ese momento, la caja de cereal en tu mano queda congelada entre el estante y el carrito, el apoyo de instantes atrás deja de reflejarse en tu sonrisa y tu rostro se torna serio e inquisitivo. Lo miras fijamente por varios segundos, varios…segundos.

―Como quieras ―terminas diciéndole mientras avanzas al pasillo de lácteos.
―¿Estás segura amor? ― indaga tu rostro mientras hace la pregunta, pero deja el tema en paz al escuchar “si, enserio, como tú quieras”.
Resulta que esa noche, él se va con los mencionados tal como había quedado. Mientras tú por tu parte, juras que lo vas a bloquear del celular, whatsapp, facebook, instagram, twitter…ah y skype, por haber sido tan desconsiderado e insensible que decidió ir con su “clan” y su ex, sabiendo que a ti no te parecía en ABSOLUTO y entonces…se armó el conflicto.

Pero vamos, seamos honestas, aquí no tienes a nadie a quien engañar. Estás en un núcleo desbordante de estrógenos que te comprende perfectamente, por lo tanto puedes admitir abiertamente lo siguiente: ”como quieras”, en realidad significa “no estoy de acuerdo y no me parece bien que lo hagas”.
Todas nosotras alguna vez hemos pronunciado esas temidas tres palabras que enloquecen a nuestras parejas. Y he aquí la gran pregunta, ¿por qué los enloquecen?, por la sencilla razón siguiente, que los hombres funcionan de modo literal, por lo tanto, cuando decimos, “como tú quieras” realmente están entendiendo eso…y hacen exactamente lo que ellos quieren metiéndose sin saberlo en una tremenda bronca contigo.
He aquí el gran aprendizaje del día. La próxima vez que él quiera salir con su amigo Manuel, haz la maravillosa sustitución, y en vez del macabro “como tú quieras”, exprésale tu sentir, cuidando sus sentimientos, pero siendo honesta con él, y principalmente contigo.