En estos momentos, algo que es de suma importancia, por lo menos para mi, es que cada quien tome conciencia de lo que la situación actual le genera (tanto la epidemia como la controversia que le rodea).Al tomar conciencia de ello podemos apoyar de una manera mucho más sana y amorosa dentro de la situación.Todo lo que estamos viviendo tiene la capacidad de bajar nuestras defensas. En la mayoría de las personas toca miedos e inseguridad profundas. Energéticamente tiene la posibilidad de dejarnos en un lugar muy vulnerable, conectándonos de manera colectiva en ese estado.Si bien es importante estar atentos a lo que sucede a nuestro alrededor, es más importante estar atentos a nuestras elecciones y creaciones internas, ya que pueden sintonizar con la frecuencia de lo que ya se ha creado por la epidemia y con ello alimentarlo. Te voy a anexar otra postura, que también recibí ayer.Dime tu que opinas?Te mando un gran abrazoGabriela GonzálezDirectora de Inspyrawww.inspyra.com.mxinformes@inspyra.com.mxQueridos compañeros del camino,Probablemente la situación actual está removiendo asuntos y provocando reacciones diversas en cada uno. En los últimos días he recibido y compartido opiniones varias, incluso polarizadas, sobre el manejo de las circunstancias, desde "No pasa nada, a los medios les encanta ser alarmistas" o "Eso le da a los débiles" hasta "No salgas de tu casa, es la primera epidemia del fin del mundo". No queda duda de que la epidemia es real, que está afectando, y que ha habido muertes.Citando a Dan Millman (www.peacefulwarrior.com), él le recuerda a sus estudiantes de artes marciales que si se encuentran caminando solos en la ciudad de noche, y van a dar la vuelta en una esquina:- Si crees que hay alguien esperándote a la vuelta de la esquina, estarías siendo paranoico.- Si crees que no hay nadie esperándote a la vuelta de la esquina, estarías siendo ingenuo (o soberbio, añadiría yo)- Si crees que puede haber alguien a la vuelta de la esquina, estarías siendo sabio.De manera análoga, ser precavido es sabio dentro de las circunstancias. Y esto no se refiere sólo a las medidas externas que tomemos para protegernos de una infección por contaminación; también tenemos la responsabilidad de reforzar nuestro sistema inmune con descanso adecuado, relajación, arraigándonos y activando nuestra circulación bioenergética, y fortaleciendo nuestra conexión profunda con nosotros mismos y con el Todo. El propósito de la conexión no es evadir el problema o sentirnos superiores a él, sino estar en un lugar desde el cual podamos aportar a la solución.La crisis epidémica nos recuerda nuestra vulnerabilidad. Y el tocar nuestra vulnerabilidad es el mayor regalo que podemos recibir en nuestras vidas. Un día, cuando nos hayamos cansado de pelear, aceptaremos nuestra vulnerabilidad con todo el corazón, y nos entregaremos a la Vida tal y como se nos presenta, comprendiendo profundamente el gran regalo que es. Aún ante la faz de una crisis.Por el momento, reflexionemos más profundamente sobre el impacto que estos momentos tienen en nuestras vidas. Y recordemos que la reflexión no es suficiente. Tomemos acción: hagamos vida nuestra reflexión.
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