Mi objetivo al compartirte esta información es que sepas que la salud emocional es vital para que el miedo no traspase fronteras, porque las implicaciones de un contagio de pánico generalizado son enormes.

Cuando percibimos una amenaza para nuestro bienestar o el de nuestros seres queridos es normal sentir preocupación e incluso miedo. El miedo bien manejado pone a tu mente y a tu cuerpo en estado de alerta y te ayuda a responder de manera rápida y eficaz frente a una amenaza o un peligro.

Sentir miedo en la situación que estamos viviendo no es un problema, el problema es cuando permitimos que ese miedo se convierta en pánico. Si al miedo al   COVID19 y a sus consecuencias le agregas exceso de información, que en muchos casos es confusa y sensacionalista, o no proviene de fuentes oficiales de información, provoca inseguridad como consecuencia de conductas colectivas, compulsivas e irracionales y aumenta el posible impacto por estos sucesos en tú salud, tú economía y tú estilo de vida y lo que tienes son los ingredientes para generar un pánico seguro.

El pánico se contagia rápido y con él aumentan las conductas impulsivas e irracionales que lejos de protegerte, te ponen en un estado de mayor peligro.

¿QUÉ DEBES DE HACER PARA CUIDAR TU SALUD EMOCIONAL?

Identifica honestamente si tu miedo esta fuera de control y te sientes rebasado o paralizado por la situación y como consecuencia de ello tu exceso de preocupación no te permite pensar con claridad, concentrarte, cumplir con tus responsabilidades o hasta incluso dormir. Si ya te sientes así, te recomiendo que busques ayuda profesional.

Pero si lo que quieres es evitar sentirte así, sigue los siguientes LIZITIPS:

 

  1. Infórmate a través de medios oficiales y evita información e imágenes alarmistas.
  2. Evita la sobreinformación y pensar constantemente en el virus. Estar en conexión permanente con el tema no significa estar mejor informado y podría aumentar tu sensación de vulnerabilidad y nerviosismo innecesario.
  3. Mantén una actitud realista y positiva llevando a cabo los hábitos adecuados de higiene y prevención que recomiendan las autoridades sanitarias.
  4. Ayuda a tus familiares y amigos a mantener la calma.
  5. No contribuyas a difundir noticias falsas y no alimentes tu miedo ni el de los demás.
  6. Respetando y acatando las recomendaciones de las autoridades sanitarias, no te olvides de ti y de hacer cosas agradables que te generen satisfacción.
  7. Ten cuidado en no caer en conductas de estigma o discriminación.
  8. No pongas en juego tu riesgo para intentar evadir la sensación de miedo a la enfermedad, pero tampoco magnifiques el riesgo real, procura ser precavido y prudente sin alarmarte ni alarmar a otros.

Todos hemos experimentado y también superado crisis en nuestra vida. Una crisis bien manejada te ayuda a crecer. Lamentarnos no sirve de nada. Si esta información te sirvió, compártela. Convirtámonos en una cadena de información que sí ayuda. 

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