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He tenido oportunidad de vivir muy de cerca y de frente el bullying ya que una amistad cercana estudia  una maestría en una escuela de Derecho, obviamente la maestría es en Derecho, acompañada de más de 20 abogados, en el salón de clases, existe, según me platicaba con suma tristeza y desconsuelo el terrible bullying que ha venido sufriendo desde el primer día que entró a la referida institución desde hace ya un año.

Me contó, que existe un pequeño grupo, tres personas a lo sumo dos mujeres y un hombre que bulean a varios compañeros de su salón, en especial a ella por el simple hecho de existir,  me narra que en un inicio  eran realmente “populares” su grupo de amigos era bastante grande, aunque hoy cada vez se ha ido reduciendo más, ya que le han contado algunos de sus “amigos” que a ellos mismos les ha molestado su comportamiento, motivo por el cual se han alejado.

Pero, ¿Qué hacen? ¿En qué consiste el bullying a una edad tan adulta? Los buleadores tienen aproximadamente entre 24 años y 38 años. Pues bien, primero que nada, actúan en grupo y bajo el anonimato, me relata que les ponen apodos a las compañeras más vulnerables, toman fotos cuando algunas compañeras,  se encuentran compartiendo conocimientos y dando algún tema frente al pizarrón, fotos que al instante las suben a su grupo de Facebook  con comentarios denigrantes y vergonzosos,  les ponen apodo a algunos profesores, quienes incluso son prestigiados y honorables juristas, así como  a algunas compañeras entre ellas a mi amiga a quién le dicen Peggy, burlándose así  descaradamente,  en especial de ella, ignorando absolutamente la razón de ser tan buleada y lastimada… le toman fotos  a escondidas, ignorando con qué objeto lo hacen, le boicotean información de alguna conferencia a la que alguno de sus maestros los convocan a  asistir como parte de su formación profesional, fueron capaces de levantarle falsos ante una renombrada maestra, a lo que ella sabiamente y conociendo el compromiso de mi amiga de ninguna forma alentó los comentarios negativos y por el contrario la reprendió y como todos ésas desagradables acciones, tantas mas.   

El hombre buleador por su parte, durante éste año  la ha acosado con preguntas personales inadmitibles, ofensivas, invitándola a salir, diciéndole “piropos” no pedidos ni alentados por ella, incluso repelidos,  por lo que   al ver el acosador  que nunca le ha hecho caso ni cedido a sus comentarios, ha optado por unirse a las dos mujeres buleadoras, sumándose al  grupo que la molesta y bulea  insistentemente.

Me comentaba que en el salón se respira un ambiente de gran hostilidad y que por otro lado, varias compañeras y compañeros se han volcado amorosamente a protegerla, la han acompañado, querido e incluso cuidado en éste transe que está pasando tan desagradable, quizás es cuando también más se ha sentido querida en una escuela, sin embargo y a pesar de ello, cada día le cuesta más trabajo el ejercicio de ir a la escuela a sabiendas que la molestarán y que ya no sabrá que esperar más en ése día, incluso ya no lleva ni su auto porque teme que le hagan  daño material,  ya que recientemente en un mensaje de whatsapp, dieron a entender  velada y disimuladamente que la golpearían, por lo que en éste momento teme incluso por su seguridad personal y no puede ni quiere salirse de la maestría, ya que además de que le falta poco para terminarla, ha encontrado un grupo de grandes amigos, con los que cuenta y que desea continúen en su vida,  así como el nivel del profesorado es de excelente calidad y no está de acuerdo en tener que renunciar a su sueño por tres personas tan dañinas.

Lo peor de todo,  es que me cuenta que varios de sus  compañeros abogados, le dicen que no haga caso y ella misma durante un año procuró todos los sábados y durante la semana  no pensar en ello, a no darle importancia y  efectivamente no hacer caso, sin embargo, parece ser que eso alienta a los buleadores a continuar y a continuar y a escalar la violencia, sé y se lo dije necesitan un claro ¡Basta!

Ante tal amenaza ha decidido poner un límite claro y fuerte en el que hará lo necesario para dejar de tolerar el bullying que ha venido padeciendo y ésta semana levantará la queja correspondiente ante la rectoría de la Institución, misma que a la fecha ignora totalmente la situación e incluso  acudirá ante la SEP si es necesario, ante la desesperación que siente, no perdiendo de vista, que es una abogada quien lo sufre.

Y pienso, efectivamente el bullying no es cosa de niños, no es un juego, no es inofensivo, en realidad, puede ser terriblemente dañino y doloroso, el bullying invade y merma a la persona, su seguridad y  estabilidad, quien me lo contó y que lo está padeciendo tiene   tiempo,  desconsolada y adolorida y se trata de una persona adulta, profesionista y está realmente cansada de “no darle importancia”, de hacer como que nada pasa, de pensar que al sábado siguiente no la molestarán más,  ahora… ¿Cómo vive un niño el bullying? ¿En el que quizás los maestros y los padres no lo escuchen? ¡Un niño pequeño que de ninguna forma tiene las herramientas de una profesionista! ¿Te puedes imaginar el dolor y soledad que puede sentir si sufre situaciones violentas como las que narro?

Hoy como sociedad tenemos que hacer algo para evitar éstas conductas, tenemos que regular éste tipo de comportamientos y sancionarlas, poner límites claros y no permitir abusos ni daños morales que pueden llegar incluso a acabar con la vida de una persona, ya que está comprobado que incluso menores que sufren bullying  se suicidan ó bien los buleadores, cometen graves daños físicos en sus maltratados,  hasta llegar a romper y acabar con la vida de quienes lo sufren, ó el mismo terrible daño emocional que podrá acompañar a los buleados para toda su vida.

El bullying evidentemente es una violación artera a los derechos humanos de quienes lo padecen y peor  aún, porque es cobarde,  es a espaldas, ya que un buleador, jamás actúa de frente y jamás actua dando la cara, lo hace en grupo velada y disimuladamente, habla de lo peor de la persona que lo ejerce.

Cómo es que a nivel maestría, pueda seguir dándose el bullying? ¿Qué puede llevar a un profesionista a ejercer bullying sobre sus compañeros?

Y pienso, ¿En cuantas escuelas más a nivel secundaria, preparatoria, universidad y maestrías están habiendo personas que sufran bullying, y por ser “adultos” no se están atreviendo a hablar?

No importa la edad, es bullying, malicioso y cobarde. Necesitamos que en México formalmente se sancione ésta figura que forme parte integrante de los delitos previstos en nuestra legislación penal que comprenda   no solo a niños,  como me lo contaron, sino  todas las edades, el bullying, es y será siempre lo que es,  no importa si lo sufren adultos ó niños es un gravísimo daño  a la persona que lo padece y agregaría a su sistema familiar quienes sufren la impotencia de quizás no poder hacer nada al respecto.  Haciendo notar que solo en un Estado de la República Mexicana se está regulando como tal, por lo que en los demás también se debería prever.

Si conoces a alguien que hoy esté sufriendo bullying, acoso ó ambas, acompáñalo, escúchalo y ojalá puedan ejercer las acciones correspondientes para combatir tal daño, tan lastimoso y doloroso para quién lo padece.

Haz algo, no te quedes con los brazos cruzados y coopera para vivir en un mundo más digno y mejor!

 Y recuerda como siempre que ¡NO ESTAS SOLA Y NUNCA ES TARDE!

Lic. Claudia Torres G.

Abogada familiar,  corporativa y negociadora

Autora del libro “¡POR FAVOR NO LO HAGA!”

abogadaclaudiatorres@hotmail.com

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