Hoy hablaremos de la importancia de disfrutar cada una de las experiencias que nos toca vivir lo que conlleva a tener una mejor calidad de vida.
Mucha gente cree que el dinero da la felicidad, el tener un buen auto, una casa en las afueras de la ciudad o hasta una educación en la mejor universidad no son suficientes para tener paz mental., pero aun así en la actualidad la gente sigue teniendo la esperanza de que al cambiar esas condiciones externas de su vida, hallará la solución a sus problemas. Si pudieran tener más dinero, más fama, estar más delgadas, viajar más, una pareja que les comprenda, serían realmente felices.
Es sorprendente que la riqueza, la condición social y el poder han llegado a ser en nuestra cultura los símbolos de la felicidad., y pensamos que si nosotras pudiéramos adquirir algunos de esos mismo símbolos, seriamos mucho más felices, pero si realmente triunfamos y llegamos a ser más ricas y poderosas , creemos por lo menos durante algún tiempo que nuestra vida ha mejorado en su totalidad. Pero la realidad es que la calidad de vida no depende ni de lo que poseemos ni mucho menos de lo que se piense de nosotras, más bien depende de cómo nos sentimos con nosotras mismas y con lo que nos sucede, para mejorar la vida hay que mejorar la calidad de nuestra experiencia.
No significa que el dinero, el bienestar físico o la fama no tengan importancia para conseguir la felicidad, en sí pueden ser auténticas bendiciones, pero sólo si nos hace mejor persona, de lo contrario será un obstáculo para tener una vida feliz ya que el dinero puede disminuir o incrementar la felicidad según como se use, la situación financiera de la persona es uno de los factores menos importantes que afectan a la satisfacción general con la vida, es más beneficioso el averiguar cómo se puede hacer más armoniosa y más satisfactoria la vida cotidiana para lograr la felicidad por una ruta que sea directa, puesto que no podemos alcanzarla persiguiendo tan sólo metas simbólicas.
Cuando nos ponemos a pensar qué tipo de experiencia mejora la vida, la mayoría de la gente piensa en primer lugar, que esa felicidad consiste tan solo en el placer, la buena comida, el sexo y todo tipo de comodidad que el dinero puede comprar. El placer es un sentimiento de satisfacción que uno logra cuando la información de la conciencia nos dice que hemos conseguido cumplir con algo.
El placer es un componente de la calidad de vida, pero por sí mismo no trae la felicidad. El sueño, el descanso, el alimento y el sexo nos ofrecen experiencias que nos ayudan a dar orden a la conciencia después de haber satisfecho las necesidades del cuerpo., el placer nos ayuda a mantener el orden, pero por sí mismo, no puede crear un nuevo orden de la conciencia. Cuando nos cuestionamos sobre qué hace nuestra vida más agradable, tendemos a irnos más allá de los recuerdos divertidos y comenzamos a recordar otros sucesos, otras experiencias que se superponen con las experiencias placenteras pero que caen en una categoría que merece un nombre: EL DISFRUTE.
Los sucesos que más se disfrutan son aquellos en los que no solamente ha cumplido una expectativa o satisfizo una necesidad o deseo, sino que se pudo ir más allá de lo que esperábamos y se logra algo inesperado, tal vez algo nunca imaginado. El disfrute está caracterizado por ese movimiento hacia adelante: por un sentimiento de novedad, de realización, ya que ninguna experiencia pudo haber sido placentera mientras la estábamos realizando pero después cuando pensamos sobre ella decimos “realmente era divertido” y deseamos que suceda otra vez.
Después de todo suceso agradable sabemos que hemos cambiado, que nuestra personalidad ha crecido en algunos aspectos; hemos llegado a ser más complejas como resultado de ello. Las experiencias que dan placer pueden ser también disfrute, pero las dos sensaciones son bastante diferentes, por ejemplo: todas sentimos placer al comer, pero disfrutar del alimento sin embargo, es más difícil.
El disfrutar lo que haces, sea lo quesea, ocasiona un sentimiento profundo de disfrute que nos recompensa. Las actividades de disfrute han sido diseñadas con ese propósito pero no podemos pensar que sólo el ocio y el arte pueden ofrecernos experiencias óptimas, ya que las actividades del día a día también satisfacen. Cuando nuestras habilidades se necesitan para enfrentarse a desafíos de una situación, nuestra atención está completamente absorbida por esa actividad, toda nuestra atención está enfocada en ese estímulo presente y como resultado, sucede uno de los aspectos más distintivos y universales de la experiencia optima. Una experiencia de disfrute y con ello, va de la mano nuestra mejoría en calidad de vida.
REFLEXIÓN PERSONAL
¿Cuál ha sido tu experiencia de mayor disfrute hasta el día de hoy?
LDH. Sandy González
Terapeuta Desarrollo Personal.
Acompañamiento psicológico modalidad on line
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