Publicado por mariona el 30 de Octubre de 2009 a las 8:00pm
De todos los sentimientos que se pueden tener en la vida: Amor, ternura, rabia, envidia, compasión, delicadeza, comprensión, odio, frustración, alegría, tristeza… y todo lo que se os ocurra y yo no haya puesto, si tuviera que elegir sólo uno para describirme diría sin dudarlo que el amor, pero no el amor en abstracto, ni el amor de amante, sino el amor de madre. Por encima de todas las cosas que una es a lo largo de su vida, hija, novia, esposa, madre, me quedo con este último “título”.Leí una vez la definición de una niña de unos 10 años, que decía que hay tres clases de personas: los hombres, las mujeres y las madres. Y que tener hijos no significa ser madre. Ser madre es otra cosa que hay mujeres que nunca consiguen a pesar de tener hijos…???Yo tengo un hijo. Solamente uno porque su padre (que no estuvo por la labor de ser padre en toda su vida) no quiso tener ninguno más y porque, bien mirado, tampoco quería al que ya teníamos. Cuando vivíamos juntos no supo estar a la altura de las circunstancias, cuando nos separamos le frecuentó muy poco al principio y nada más adelante.Por todo eso yo he sido “muy madre” siempre, porque he tenido que estar en todos los papeles de la tragicomedia que es la vida. Aunque el referente de la figura masculina en su vida de niño y de adolescente la puso mi padre, que fue más que un abuelo para él, debido a las circunstancias que nos tocaron en suerte. Si, en suerte, porque criar a un hijo con semejante padre a mi lado hubiera sido peor. Estoy segura.A mi hijo le quiero, claro, mucho, pero además le tengo un gran respeto como ser humano, porque a pesar de haberse criado en eso que ahora llaman “una familia desestructurada”, ha sido y es una muy buena persona, muy amante de su familia, muy trabajador, y respetado por todos los que le conocen. La frase que más me han dicho diferentes personas y en diferentes ocasiones refiriéndose a él, es la de que puedo estar muy orgullosa. Y por supuesto que lo estoy. Por eso me reitero en que mi sentimiento dominante es el de sentirme madre.
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