A favor del bien común

democracia-interna.jpg?width=478Elizabeth Flor Costeña 

 

Hablar de democracia es referirse a un concepto que está más ligado al tema de la política que a algo que podemos poner en práctica en cualquier área de la vida, y el hogar no es una excepción. La manera más sencilla de vivirla es cuando nos preocupamos por que cada uno de los integrantes de la familia participe de forma activa en todas las actividades y decisiones que se desarrollan dentro de este núcleo, además de promover que la igualdad, el respeto, el orden y la responsabilidad sean valores imprescindibles.

 

Descifrando el significado

Aunque en el sentido estricto de la palabra, la democracia es un sistema de organización en el que el poder reside en el pueblo, la importancia de vivirlo y adaptarlo a las reglas  internas es de gran valor, pues es una forma también de inculcar en los hijos el compromiso de ser personas comprometidas dentro y fuera del hogar.

 

El doctor Manuel González Oscoy, catedrático de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que el adaptar un sistema democrático al núcleo familiar permite que las relaciones sean más justas y equitativas: “en un grupo donde se asume la democracia, los hijos aprenden a integrarse y a comprometerse con todo lo que ocurre dentro de su hogar, pues se saben parte de ese proyecto y valoran el hecho de que sus opiniones sean tomadas en cuenta por sus padres. Con el paso del tiempo, cuando los niños se integran a otros grupos, son capaces de colaborar y de asumir responsabilidades, porque están acostumbrados a que realmente pueden hacer algo para buscar el bienestar del ámbito en que se desarrolla”.

 

Un principio que beneficia a todos

Muchas personas crecieron con la idea de que no todos los integrantes de la familia tenían los mismos derechos ni obligaciones, por ejemplo, antes era común que las mujeres fueran las encargadas de servir a los varones, ya fuera que se tratara del padre o de los hermanos; además, los niños no tenían ni voz ni voto en ninguno de los asuntos familiares, pero afortunadamente los tiempos han cambiado y hoy es posible que sin importar edad ni sexo, todos pueda aportar algo a favor del hogar.

 

“Frecuentemente los padres asumen que los niños no deben enterarse de los problemas que los aquejan, sin embargo, una democracia también implica tener enterada a la población de lo que ocurre, de los pasos que se seguirán para superar cierta situación y existen los foros adecuados para que los ciudadanos den su opinión acerca de tal o cual tema. Lo mismo debe ocurrir dentro de una familia: en la medida en que se comparta todo,  cada miembro podrá dar una aportación en cuanto a ideas y sumarse a los esfuerzos que se realicen para lograr una mejora”, sostiene el especialista.

 

Hombres y mujeres, todos suman

Otro de los principios fundamentales que rigen en una democracia, es la igualdad. El hecho de impulsar que todos, sin importar sexo o edad, realicen las tareas necesarias para lograr el bien común es el principio de un aprendizaje que perdurará a lo largo de la vida. Evitar comentarios como: “tú eres mujer y no puedes hacer trabajos pesados” o “cómo el niño va a lavar los trastes”, va a permitir que ellos sepan que no hay tareas propias de un solo sexo, sino que toda persona tiene la capacidad de realizar cualquier labor que se proponga y cuando por alguna razón no le es posible llevarla a cabo, existe la opción de solicitar ayuda a alguna persona que tenga cerca.

 

Por otro lado, el hogar ofrece muchas oportunidades de experimentar la democracia: “Transmitir conocimientos a los hijos y a la pareja a través del ejemplo, resulta más útil y enriquecedor que simplemente transmitirlo con palabras. Hay muchas acciones que se pueden realizar dentro del hogar y que dejan muy claro cuál es la forma de vivir la democracia. Es aconsejable que cada vez que implementemos medidas como éstas, les expliquemos a los niños qué es lo que hacemos y qué valor vamos a vivir, por ejemplo, en este caso, cuando se reúna a la familia para buscar soluciones al problema del gasto excesivo de luz, se les puede decir: ‘ahora tenemos un conflicto que requiere de la colaboración de todos nosotros, como vivimos una democracia, es necesario que todos opinemos para lograr que nuestro hogar marche en perfectas condiciones’; de esta forma los niños lo podrán ver con claridad”, afirma el doctor Manuel González Oscoy.

 

Formar a tus hijos dentro de un ambiente democrático te ayudará hacer de ellos buenos ciudadanos, responsables, comprometidos y conscientes de la importancia de su participación en la búsqueda de mejores caminos para lograr una familia unida y un país con futuro.

 

Colaboración Fundación Teletón México

#EscuelasLibresDeByulliyng

celeste@teleton.org,mx

 

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