Relaciones semi-abiertas

Mi marido y yo, sin saber cómo, hemos llegado a una forma de relación amorosa sumamente placentera pero que me confunde bastante. Quisiera saber si alguna de ustedes ha vivido o vive esto que podría llamar una relación semi abierta. Les explico. Él es un hombre de negocios muy exitoso y tiene 40 años. Yo tengo 35 y me siento muy atractiva. Llevamos 11 años de casados y no tenemos hijos. Él es un buen amante, pero mi libido es muy superior al suyo. Yo siempre estoy caliente y deseosa de sexo y con frecuencia uso un vibrador para masturbarme. Cuando hacemos el amor él juega conmigo y me pregunta si no me gustaría tener sexo con otro hombre mientras él nos ve. Las primeras veces que fantaseó con esto lo rechacé, pero poco a poco me empezó a excitar la idea, sin que jamás la tomara seriamente. Me di cuenta que si le seguía su fantasía me haría el amor con mayor frecuencia. Así pasaron varios años. Hace un mes nos invitaron a una fiesta en casa de uno de sus clientes. Él no quería ir, pues si bien le encanta bailar, se había lastimado un tobillo y no iba a poder. Lo convencí y fuimos. La fiesta fue en una mansión inmensa, había muchísima gente, casi todos desconocidos y una excelente orquesta de salsa. Estábamos sentados en nuestra mesa cuando un chico de unos 26 años me invitó a bailar. Mi marido estuvo de acuerdo, pero me pidió que nos quedáramos cerca para que el pudiera vernos. Arturo, que así se llamaba el jóven que resultó ser originario de Cuba, me bailo como todo un maestro. Cada vez que nos sentábamos mi marido nos llenaba las copas, por lo que pronto se me subió el alcohol, cosa que siempre me pone muy cachonda. En fin, para hacer el cuento corto, alrededor de las 3am mi marido le pidió ayuda a Arturo para caminar hasta el coche, pues también estaba un poco borracho. Una vez en el coche, le pidió que manejara y nos llevara a la casa. Y una vez ahí, sin encender las luces, puso música, pero ahora lenta y erótica y Arturo y yo seguimos bailando. Una cosa llevó a la otra y de pronto me llevó al sofa y me hizo el amor por varias horas. Durante todo este tiempo mi marido nos veía y se masturbaba. Ya amaneciendo Arturo se fue. Al día siguiente mi marido estaba más cariñoso que nunca. Me hizo el amor como nunca antes y varias veces seguidas. Pronto me pidió que volviera a ver a Arturo. No se cómo ni cuándo consiguió su teléfono, pero a partir de entonces ha venido a casa cinco veces más, siempre a tener sexo conmigo, el mejor sexo que jamás he experimentado. Mi marido me dice que él no quiere otra mujer, que quiere serme siempre fiel, pero que le encnata verme con otro hombre. Yo no se que hacer. Por una parte nunca antes he estado tan satisfecha y energizada como en estas últimas semanas, pero por la otra me entra la culpa y siemto que estoy haciendo algo que no está bien. Él me dice que no le hacemos nada malo a nadie, que es una situación de ganar-ganar-ganar y que me desprenda de ese sentimiento de pecado y culpa que nos inculcan en la religión Católica. No se que hacer. ¿Alguna de ustedes me puede aconsejar? Gracias, Guadalupe

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